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[+21] El error perfecto ® romance Capítulo 1

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════ ∘◦❁NOTA DE INTERÉS❁◦∘ ════

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Todos los derechos reservados bajo el código de registro: 1902149948993 ©.

Está demás decir, que todos los personajes y los lugares en donde se desarrolla esta historia no existen, son completamente ficticios. Cualquier parecido a la realidad, o persona viva o muerta ;es pura coincidencia. También recordarles que cada uno de estos capítulos ha sido escaneado por un programa anti-plagio, de alta calidad y excelentes recomendaciones. No puedes puedes obtener, ni solicitar el archivo PDF; ya que hasta el momento no existe. No contribuyas a la piratería; te recuerdo que es considerado como un delito informático, y puede ocasionar cargos legales.

La imagen de la portada fue tomada de un banco libre de imagen. Mil gracias al creador de la misma y todos los créditos son para él.

©Angélica Plaza

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════ ∘◦❁ARGUMENTO❁◦∘ ════

Diana salió de la ducha envuelta en una toalla, pero al mirarse en el espejo la dejó caer. No podía creer que aún tenía un cuerpo perfecto.

Sus pechos estaban firmes, pero ahora más grandes que antes, su cintura aún se veía estrecha, sus piernas estaban ahora más torneadas que antes y su trasero que siempre había sido su mayor atributo después de su rostro podría decirse que ahora estaba envidiable.

Frotó su cuerpo con una bodymilk de melocotones, se puso un cachetero de blonda color azul y su pijama de algodón de badtz-maru.

Estaba desenredando su cabello cuando escuchó un fuerte golpe en la puerta, al mismo tiempo el timbre sonó con insistencia.

—Un momento. Ya voy.

Cuando abrió la puerta su rostro palideció.

—¡Vaya! Hasta que doy contigo —la voz gutural, profunda y deliciosamente sexy de Ian hizo que tragara grueso.

—¿Qué haces aquí?

Él la miró de arriba hacia abajo, detallando minuciosamente su cuerpo.

—No me invitas a pasar —no le preguntó si podía hacerlo. Simplemente empujó la puerta de un tirón y pasó. Miró todo alrededor y pudo notar que aún había cajas por abrir. La casa estaba muy limpia, se veía muy cálido. Pero él la quería en otro lugar. Cerca. Dónde él pudiera echarle un ojo. —Tengo más de dos meses buscándote.

—¿Por qué motivos harías algo así? —cerró la puerta y lo miró—. No tenías por qué hacerlo. Como puedes ver estoy muy bien.

Ian la miró con impaciencia, le molestaba cuando se hacía la desentendida.

—Hace ya varios días que debía de estar en Italia. Así que no me hagas perder más tiempo.

Ella sabía que él no era un hombre con el cual se podía jugar. Pero debía ser en ese momento fuerte, y no hacer caso al hecho de que sus rodillas se volvieron gelatina, sólo porque estaba cerca de él, y el perfume a hombre la envolvía.

—No es mi culpa. Si es eso lo que estás tratando de insinuar. Yo no te pedí que me buscaras.

—¿Quién te lo ha dicho?

Cruzó sus fuertes brazos sobre el amplio pecho y negó con la cabeza. Alzó una ceja dorada oscura.

—Hablé con Andrew y él me lo comentó —le dio una sonrisa ladeada—. Sé sacar cuentas. Sabías eso. ¿No?

—¿Estás muy seguro de que es tuyo?

Caminó hacía ella y se inclinó un poco hasta quedar nariz con nariz. No quería intimidarla, pero lo haría si era necesario.

—¿Cómo no voy a estarlo? Sé perfectamente que antes de terminar con Andrew tenían más de dos meses que no tenían sexo, y cuando tú y yo nos encontramos habían pasado dos desde que habías roto el compromiso.

Ahora era ella quien estaba furiosa, cruzó sus brazos sobre su pecho. Haciendo que estos se elevaran um poco.

—Tú y yo sabemos muy bien que no hubo otro antes de mí, y después de esa noche tampoco.

—¿Quién demonios te crees?, para estar al tanto de mi vida sexual. Eres tan arrogante.

—Esa no es la respuesta a la pregunta que te hice.

—¿Qué te hace pensar que es tuyo?

—¡NO JUEGUES CONMIGO! —gritó Ian—. Tú y yo sabemos muy bien que no hubo otro antes de mí y después de esa noche tampoco.

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