Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1017

Yi Jinli puso las manos de ella debajo del grifo y tomó el jabón para lavarle las manos. Le lavó las manos una y otra vez como para enjuagar todo rastro, olor y calor que Gu Lichen había dejado en sus manos...

Ling Yiran intentó retirar sus manos del agarre de Yi Jinli, pero fue en vano.

Ella no tenía idea de cuántas veces él le había lavado las manos, pues le empezaron a doler. "Yi Jinli, detente. ¿Qué quieres?".

Él cerró el grifo, tomó la toalla que estaba cerca y le secó las manos con cuidado. "No dejes que Gu Lichen vuelva a tocar tus manos".

Él no podía soportar la idea de lo que había visto antes. Su cuerpo parecía haberse llenado de celos.

¡Él tenía miedo de que ella se enamorara de Gu Lichen!

"Deja de decir cosas que me irritan", dijo.

Ling Yiran se quedó atónita por un momento antes de reírse. "¿Debería seguir enamorada de ti incluso después de que hemos terminado?".

Él dejó lo que estaba haciendo y levantó los ojos para encontrarse con los ojos tranquilos y en forma de almendra de ella.

No había pánico en esos ojos que él conocía tan bien, sino una calma imperturbable.

Sin embargo, cuanto más tranquila estaba ella, más incómodo se sentía él.

Sus labios se separaron lentamente y su voz suave como la brisa era tan tranquila como sus ojos.

"Yi Jinli, ya que hemos terminado, no me enamoraré de ti nuevamente, no te amaré, ni haré nada por ti. Si eso te irrita, entonces probablemente sea difícil para mí evitar que te enojes".

¡Era solo cuestión de tiempo hasta que ella realmente se olvidara de él!

Él la besó, pero era como si estuviera besando un caparazón vacío.

Cuando terminó el beso, ¡su corazón se sintió más inquieto que nunca!

"¡Debes sentir algo por mí! ¡No me olvides!". La atrajo con fuerza a sus brazos como si esa fuera la única forma de aliviar su malestar.

"¿No crees que es gracioso que quieras que tenga sentimientos por ti y que no me olvide de ti cuando ya hemos terminado?", se burló Ling Yiran.

Él se enderezó. Después de un momento, bajó la cabeza lentamente mientras sus ojos oscuros como tinta la miraban fijamente. Entonces, como si hubiera tomado una decisión, él dijo: "¿Y si... nunca hubiéramos terminado?".