Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1020

La voz de Hua Lifang se atascó en su garganta mientras un destello de vergüenza aparecía en su rostro. Ella no sabía qué decir a continuación.

"Yo… yo estaba...".

Gu Lichen dijo: "Lifang, me salvaste la vida, así que no nunca me desagradó ayudarte a cambiar la tuya. Yiran es la persona que amo. Si ella necesita que cambie su vida, estoy más que complacido de hacerlo".

¡Hua Lifang sintió inmediatamente una oleada de celos!

'¿Qué tiene de bueno Ling Yiran? ¡Ella incluso ha logrado que Lichen usara esas palabras!’.

"Ella no te ama ¿Acaso eso no importa? ¡Ella misma lo dijo en la grabación!". Hua Lifang estaba ansiosa por hacerle entender este punto.

De repente, Hua Lifang se sintió sofocada y sintió un escalofrío en las plantas de los pies. Aquellos ojos de fénix la miraban con frialdad.

"Lifang, espero que no vuelvas a usar tales trucos conmigo, ¿entendido?", exclamó fríamente Gu Lichen

¡Hua Lifang se congeló de inmediato! ¡Ella solo sentía como si esos indiferentes ojos de fénix hubieran visto a través de ella!

***

El día antes de que Lil Yan comenzará el jardín de infancia era el fin de semana. Ling Yiran y Qin Lianyi fueron a la casa de Zhuo Qianyun para darle a Lil Yan un regalo por ingresar al jardín de infantes.

Ling Yiran le obsequió un estuche de crayones y un cuaderno de dibujos, mientras que Qin Lianyi le dio un juego de ropa y zapatos.

Después de recibir los regalos, el pequeño se sonrojó y besó a cada uno de ellos tímidamente mientras decía con una linda voz infantil: "Gracias, Tía y Tía Qin".

"¿Qué tienes en mente? ¿Por qué te quedaste en silencio?", preguntó Ling Yiran.

"¡Ah!". Qin Lianyi de repente se recuperó y dijo apresuradamente: "No es nada. Jeje. Me pregunto si a Lil Yan le agradará mi hija si doy a luz a una".

Zhuo Qianyun bromeó: "Si tienes una hija, Lil Yan la adorará mucho. ¡Lo que temo es que a tu hija no le gustará Lil Yan!".

"De ninguna manera. Lil Yan es tan guapo y adorable. Me pregunto cuántas niñas se enamorarán de él una vez que comience el jardín de infantes. ¡Mi hija tendrá mucha competencia!". Qin Lianyi dijo con una sonrisa. Cuanto más miraba al pequeño, más lo adoraba.

Zhuo Qianyun miró a su hijo que se estaba frotando los ojos y aparentemente tenía un poco de sueño. Había un toque de tristeza en sus ojos.

Ella levantó a su hijo y lo recostó en la cama cercana. Era hora de que el pequeño durmiera su siesta.