Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1072

Mientras tanto, Ling Yiran estaba sentada en la mesa del comedor y miraba la sopa y otros tres platos que aún estaban humeantes frente a ella. Sin embargo, parecían tan normales que no parecían haber sido hechos por un cocinero.

"Los cociné yo mismo. Pruébalos", dijo él, como si se hubiera dado cuenta de su confusión.

Ella estaba un poco sorprendida. '¿Él puede… cocinar?'.

"Cocinaste para mí cuando estábamos en el apartamento, entonces, ¿por qué no puedo cocinar para ti? Si no te gusta el sabor, aprenderé y mejoraré para la próxima vez", continuó. Sus ojos de flor de durazno le sonreían como si ellos nunca hubieran terminado y no hubieran recuerdos dolorosos del pasado entre ellos.

Ellos parecían haber vuelto al momento más dulce que compartieron juntos.

Ling Yiran miró hacia otro lado incómodamente, sin querer mirarlo a los ojos.

Sus ojos parecían tener algún poder mágico en ellos, provocando olas en su corazón tranquilo.

"¿Dónde están los sirvientes? ¿Por qué no veo a ningún otro sirviente aquí?", preguntó ella, buscando un tema de conversación diferente.

Yi Jinli dijo: "No hay sirvientes aquí. Por supuesto, alguien vendrá regularmente para llenar el refrigerador y limpiar el lugar, pero no tendrás muchas oportunidades de verlos. Es como si solo estuviéramos tú y yo aquí".

Ella se sorprendió.

Él continuó diciendo: "Estamos solo tú y yo aquí, para que puedas mirarme y consideres cuándo volver a enamorarte de mí".

"Te lo dije, es imposible", replicó ella.

Ella lo miró a los ojos para negar que se volvería a enamorar de él.

Sin embargo, ella pudo sentir los latidos de su corazón acelerándose cuando lo miró a los ojos. Era como si le estuviera contando la influencia que él ejercía sobre ella.

Ling Yiran bajó la cabeza y comió.

Su comida no era ni buena ni mala, ¡pero otros estarían sorprendidos al saber que ella tuvo la oportunidad de comer la comida preparada por el mismo Joven Amo,Yi de la Ciudad de Shen!

Ling Yiran se rio de sí misma, nunca pensó que algún día podría comer su comida, menos en tales circunstancias.

"¿Qué diablos es este lugar?", ella no pudo evitar preguntar.