Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1101

Él solo sabía que ella había sufrido mucho en prisión, pero verla con tanto dolor ahora le daba una mejor idea de lo que había sufrido.

A él le dolía el corazón y parecía que incluso respirar le dolía en ese momento.

Él se había arrepentido de haberla encarcelado fríamente e incluso de haber permitido tácitamente que esas personas la torturaran en innumerables ocasiones, pero ni una sola vez fue tan intenso como ahora.

Sí, él estaba muy arrepentido.

Se agachó, levantó la mano de Ling Yiran y besó las yemas de sus dedos. "Ojalá me hubiera enamorado de ti antes de que fueras a la cárcel".

Su voz suave sonaba como si tuviera un nudo en la garganta.

Cómo deseaba poder revertir el tiempo. Él quería aparecer frente a ella antes de que fuera a prisión. Haría todo lo que estuviera a su alcance para limpiar su nombre y protegerla del más mínimo sufrimiento.

Sin embargo, ya era demasiado tarde.

Ling Yiran miró inexpresivamente al hombre que besaba sus dedos.

El calor de sus labios se sentía en las yemas de sus dedos.

Su cuerpo también parecía arder.

"Yi Jinli, tu...".

"Me equivoqué", murmuró él, interrumpiéndola.

Él nunca había admitido sus errores frente a nadie, pero ahora dijo: "Yiran, me equivoqué. Nunca debí haber terminado contigo".

La nariz de Ling Yiran se sentía algo adolorida. Pensaba que su corazón ya estaba en paz. Ella ya lo había superado, incluso cuando lo veía, de eso estaba segura.

Sin embargo, sus palabras volvieron a agitar las olas en su corazón.

'¿Puedo amar a este hombre de nuevo? ¿Puedo amarlo tanto como lo hice la última vez y tratar de proteger su rara fragilidad y hacerlo sentir más seguro?’.

‘¿Puede existir un amor inolvidable que me esforcé por olvidar después de haber sido traicionada sin piedad?’.

Ella no pudo evitar levantar la mano y tocar la mejilla de él.

Los ojos de Yi Jinli se iluminaron de repente. Luego, puso su gran mano suavemente sobre el dorso de la de ella, y su rostro rozó la palma de ella con un cariño infinito. "Yiran, ámame. No te decepcionaré esta vez".