Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1109

"Cumpliré mi promesa y no debes olvidarlo, ¿entendido?".

Era como si esa voz infantil volviera a sonar en sus oídos.

Sin embargo, ella se olvidó de eso y no lo reconoció después.

Con un golpe, Ling Yiran se arrodilló frente a Yi Jinli. Su arrodillamiento sorprendió de inmediato a los dos hombres presentes.

"Tú...". Los ojos de Yi Jinli estaban llenos de incredulidad. "¿Qué estás haciendo? ¿Estás arrodillada por Gu Lichen? ¡No me detendré incluso si te arrodillas!".

"¡Esto no tiene nada que ver con Gu Lichen!". Ling Yiran respiró hondo y dijo con calma. En el momento en que se arrodilló, su pánico y vacilación se desvanecieron de repente. "La cosa entre tú y yo no tiene nada que ver con los demás. Incluso si dijiste que todavía me amas, simplemente no puedo permitirme tu amor. Así que Yi Jinli... déjame ir".

"¿Dejarte ir?". El cuerpo de Yi Jinli sufrió un temblor imperceptible, y su rostro instantáneamente pareció perder todo el color.

¡Incluso ahora, él preferiría que ella le suplicara que dejara ir a Gu Lichen antes que a ella!

"¿Sabes de lo que estás hablando?", murmuró él, aflojando su agarre sobre Gu Lichen mientras la miraba.

"Sí", respondió Ling Yiran. Esa simple palabra hizo que Yi Jinli se sintiera como si alguien hubiera tomado un arma y le hubiera disparado en el corazón.

Él le habría dado todo lo que tenía a los pies de ella, ¡pero ella quería que la dejara ir!

Ella se mordió el labio y asintió suavemente. "Sí, te ruego que me dejes ir". Esta relación había sido abrumadora para ella, ¡y no quería que este problema continuara más!

Ya que ellos se dieron cuenta de que no podían darse el uno al otro lo que querían, sería mejor que se dejaran ir.

La expresión en el rostro de Yi Jinli desapareció gradualmente. Su expresión desesperada de antes parecía haberse convertido en un silencio frío. Sus ojos estaban fijos en ella, casi sin pestañear.

La mujer frente a él se había atado suavemente el cabello largo con una cinta para el cabello. Su hermoso rostro no tenía maquillaje y esos ojos almendrados eran serenos.

Un rostro así solo estaba por encima del promedio. Él había visto a muchas mujeres más hermosas que ella, ¡pero ella era la única con la que soñaba y esto lo hacía amarla hasta los huesos!