Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1136

Sin embargo, desde otro punto de vista, su mejor amiga acababa de terminar las cosas con Yi Jinli y estaba sufriendo de un corazón roto. ¿Pedirle a Yiran que sea la dama de honor la entristecería? ¿Empeoraría aún más las cosas para ella?

"¿En tres meses?". Ling Yiran estaba atónita, no esperaba que su mejor amiga dijera algo tan impactante.

"Sí, Tingxin dijo que le tomará tres meses resolver el conflicto interno de la familia Bai, y nos casaremos después de eso", dijo Qin Lianyi.

Aunque le parecía demasiado rápido al principio, Qin Lianyi se sentía tranquila una vez que tomó la decisión de casarse en tres meses. ¡Ella incluso empezó a ansiar el momento en que se convertiría en la esposa de Bai Tingxin!

"Si es así, ¡felicidades!", dijo Ling Yiran con una sonrisa y sinceramente le dio sus mejores deseos a su mejor amiga. "¡Por supuesto que seré la dama de honor de tu boda! ¡Me sentiría mal si no me lo pidieras!".

"No importa si te sientes reacia...".

Al momento siguiente, Ling Yiran extendió los brazos y abrazó a Qin Lianyi. "Lianyi, no estoy para nada reacia. Sé que estás preocupada por mí. Te preocupa que piense en mi relación y me ponga triste, ¿no? Pero si es así, quizás no veas nuestra amistad como yo la veo".

Qin Lianyi estaba atónita. Yiran conocía todo sobre sus pensamientos y preocupaciones.

"Estoy muy feliz de que puedas tener un final feliz con Bai Tingxin. Aunque nunca pueda usar un vestido de novia, espero que tú puedas usarlo más que nadie. Por lo tanto, ¡debo acompañarte y verte feliz el día de tu boda!".

Poco a poco, la voz de Ling Yiran se deslizó en los oídos de Qin Lianyi.

Qin Lianyi le devolvió el abrazo a Ling Yiran y dijo con dolor de nariz: "¿Qué quieres decir con que nunca usarás un vestido de novia? ¡También podrás usar un vestido de novia! ¡Estoy segura!".

Una vez que llegaron al templo, Qin Lianyi exclamó "eh" antes de decir: "Parece que hoy hay muchos más guardias de seguridad aquí".

"¿Guardias de seguridad?". Ling Yiran miró a su alrededor y, en efecto, había varios hombres uniformados en la entrada del templo. Cada peregrino que entraba y salía era revisado con detectores de metales.

"¿Cuándo se volvieron tan estrictos en los templos?", preguntó Ling Yiran, desconcertada.

"No tengo ni idea. Había como mucho dos guardias de seguridad en la entrada cuando vine aquí con mi madre". Qin Lianyi también estaba desconcertada.

Después de ser revisadas ​​con detectores de metales, las dos ingresaron al templo.