Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1171

"Yiran, yo elegí salvarte. No necesitas sentirte agobiada", dijo Gu Lichen. Esos ojos de fénix parecían poder ver a través de todo.

Ling Yiran sintió un ardor constante en la garganta.

Más de una hora después, Qin Lianyi también fue al hospital para ver a Gu Lichen. También les dijo que la policía había revisado el coche y había descubierto que, efectivamente, había sido manipulado.

El freno no fallaría inmediatamente, pero fallaría repentinamente después de un tiempo. Habría habido un accidente fatal si no fuera porque Gu Lichen se estrelló contra nosotras ayer.

"Parece que la alarma de mi coche, que ha sonado al azar en estos días, puede haber tenido algo que ver", dijo Qin Lianyi.

Ling Yiran dijo: "Es posible. ¿La policía dijo algo más?".

"Dijeron que continuarán con la investigación. Probablemente te llamarán y te pedirán que des tu declaración", dijo Qin Lianyi.

Ling Yiran asintió, esperando que la policía pudiera atrapar al culpable pronto.

"Haré que alguien lo investigue también. ¡Encontraré al culpable pase lo que pase!", dijo Gu Lichen con un destello de malicia en sus ojos.

¡No dejaría ir a nadie que quisiera lastimarla!

***

Cuando salieron del hospital, Qin Lianyi dijo con un suspiro: "Gu Lichen es realmente bueno contigo".

"Sí", respondió suavemente Ling Yiran.

Los dos coches que habían chocado entre sí incluso se incendiaron poco después de que Yiran salió. Si Yiran hubiera salido incluso un momento después, ¡habría muerto quemada en el coche!

La vida... era tan frágil. ¡Era tan frágil que uno podía dejar este mundo y a sus seres queridos en cualquier momento!

Los rostros de sus padres aparecieron en la mente de Qin Lianyi y luego... el rostro de Bai Tingxin.

Anoche, no pudo evitar llamar a Bai Tingxin. No quería que él se preocupara, así que pensó en mantenerlo en secreto. Sin embargo, su cuerpo temblaba incontrolablemente en la oscuridad de la noche. Tan pronto como cerró los ojos, vio la escena de cuando estaba a punto de estrellarse contra el camión de arena.

Ella había perdido toda esperanza en ese momento. Nunca se había sentido así antes.

Había llorado a mares en el teléfono. Tartamudeó algo que ya no podía recordar y finalmente se quedó dormida durante la llamada.