Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1187

Resumo de Capítulo 1187: Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante

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Era... Chenchen.

Aunque no pensaba que volvería a enamorarse de nadie, ¿ella podría ser indiferente a sus sentimientos?

Justo cuando Ling Yiran estaba perdida en sus pensamientos, sonó su teléfono. Ling Yiran miró el identificador de llamadas y vio el nombre de Gu Lichen.

Presionó el botón de respuesta, y la voz clara pero algo hermosa de Gu Lichen sonó a través de su teléfono. "Lamento llamarte tan tarde".

"Está bien. Todavía estoy despierta. ¿Qué pasa?", preguntó Ling Yiran.

"Yo solamente... de repente quería escuchar tu voz", dijo.

Ella estaba asombrada. No sabía cómo hablar cuando él lo expresaba de esa manera.

Él dudó por un momento y dijo: "Yiran, si... si te gustan los juguetes de Transformers, puedo comprarte cualquier modelo anterior".

"No, gracias. De hecho... Eh, me gustaban cuando era pequeña, pero ahora lo he superado", dijo de inmediato.

"¿En serio?". Su voz se detuvo. "No sé cómo complacer a una mujer…". Después de todo, siempre eran las otras mujeres las que intentaban complacerlo.

"Si no hay tal persona en tu corazón ahora, prométeme que me considerarás cuando quieras preocuparte por un hombre y enamorarte de alguien algún día". La voz de Gu Lichen inundaba los oídos de Ling Yiran palabra por palabra a través del teléfono, como piedras chocando constantemente contra su tranquilo corazón.

'¿Podré enamorarme de nuevo alguna vez?'.

Ling Yiran se quedó despierta toda la noche pensando en lo que dijo Gu Lichen. Al mediodía, Guo Xinli condujo hasta el bufete y la llevó al hospital para acompañar a Lil Yan en su salida.

La Señora Zhuo y Zhuo Qianyun también estaban en la sala, esperando el informe resumido de alta del doctor.

"Por cierto, tengo que ir a la mesa de la enfermería e imprimir los informes de control de Lil Yan de estos días y guardar una copia". Zhuo Qianyun recordó de repente y estaba a punto de levantarse cuando Guo Xinli habló.

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