Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1199

Por lo tanto, una escena extraña se formó en la entrada del Grupo Yi. Ling Yiran estaba vomitando junto al bote de basura, mientras un guardia de seguridad estaba a su lado. No muy lejos, Yi Jinli estaba de pie con los ojos puestos en Ling Yiran. Su rostro no mostraba alegría ni enfado. Gao Congming, el chófer, varios ejecutivos de la compañía y varios guardias de seguridad que se acercaron, estaban de pie alrededor de Yi Jinli.

Cuando Ling Yiran finalmente vomitó hasta el punto en que no le quedaba nada más y miró hacia arriba con cierta debilidad, se dio cuenta de que... ¡estaba siendo observada!

Era la primera vez que la miraba tanta gente mientras vomitaba.

¡Yi Jinli también la estaba mirando!

Hoy, él se veía sombrío e intolerante con un traje negro y un suéter de cuello alto a juego.

Ling Yiran parecía incómoda y quería irse, pero tenía que pasar a su lado para tomar el autobús a casa. Por lo tanto, Ling Yiran solo pudo bajar la cabeza con incomodidad y sacar un pañuelo de papel de su bolso para limpiarse las comisuras de los labios. Caminó velozmente, tratando de salir lo más rápido posible de ese lugar.

Yi Jinli no se movió y se quedó donde estaba. Cuanto más se acercaba a él, más fuerte sentía Ling Yiran que estaba siendo observada.

Justo cuando Ling Yiran estaba a punto de pasar a su lado, la sensación de malestar restante regresó de repente y sintió ganas de vomitar de nuevo.

"¡Blaargh!". Ling Yiran no pudo evitar agacharse y vomitar.

De repente, las expresiones de todos los que los rodeaban cambiaron. Aquellos que no conocían a Ling Yiran simplemente la miraron con cara de 'está acabada’. ¡¿Cómo se atrevía la mujer a vomitar frente al Joven Amo Yi ?! ¿Estaba intentando matarse?

Por si fuera poco, ¡algo de vómito se había derramado sobre los zapatos del Joven Amo Yi!

Solo Gao Congming no pensaba así.

"Y los zapatos", dijo Yi Jinli de repente.

Ling Yiran se quedó sorprendida durante unos segundos, luego de repente se dio cuenta de que lo que quería decir era que acababa de vomitar y el vómito había manchado accidentalmente la parte superior de sus zapatos.

Se puso en cuclillas rápidamente, sacó un pañuelo nuevo y comenzó a limpiar la parte superior de los zapatos del hombre.

Cuando la vió así frente a él, le recordó el momento en que ella se había arrodillado ante él y le suplicó que la dejara ir.

¡Él la estaba mirando desde el mismo ángulo!