Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1257

Gu Lichen bajó la mirada y vio fijamente su mano derecha, la misma que... había sostenido esa rodilla ensangrentada en aquel momento. ¡Las yemas de sus dedos también se habían manchado con su sangre!

'Esa fue... la sangre que ella derramó por mí...'.

Él se había enamorado de ella, pero ¿por qué la perdió una y otra vez? ¡Incluso ignoró su último grito de ayuda!

'¡Si.... no la hubiera confundido con otra persona!'.

'Y... si no me hubieran cegado los celos…'.

'Si Hua Lifang no hubiera tomado el lugar de Yiran, habría investigado más y verificado las cosas con más cuidado. ¡Entonces todo pudo haber sido diferente! ¡Qué tonto fui!'.

'¡Si al menos hubiera tenido el corazón para verificar la información cuidadosamente, no habría perdido a Yiran!'.

En ese momento, Gu Lichen no sentía nada más que un dolor punzante que casi lo dejó sin aliento.

***

Ling Yiran fue al bufete al día siguiente. No había vuelto al bufete desde hacía varios días. Aunque le había pedido permiso al Abogado Gu, no era apropiado seguir pidiendo permiso.

Además, ella ahora estaba embarazada de trillizos. Era posible que no pudiera completar gran parte del trabajo que le tocaba. Por lo general, los trillizos no se pueden llevar a término y suelen nacer antes de tiempo mediante cesárea. Por lo tanto, el tiempo que le quedaba para trabajar en el bufete debido a su embarazo, era limitado.

Ling Yiran lo miró con agradecimiento. El Abogado Gu estuvo dispuesto a darle una oportunidad cuando ella tuvo problemas para encontrar trabajo, y ahora, incluso estaba dispuesto a mantener su puesto en espera.

"Gracias, pero está bien. Después de todo, todavía tengo muchas cosas de que ocuparme después de dar a luz a los bebés. Me temo que pasará mucho tiempo antes de que pueda volver al trabajo, incluso si quiero", dijo Ling Yiran.

"Está bien, entonces. Puedes contactarme si alguna vez quieres volver a involucrarte en un trabajo legal".

"Gracias...". Ling Yiran sintió una repentina oleada de náuseas mientras hablaba. Rápidamente se tapó la boca, hizo un gesto de disculpa y se apresuró a ir al baño.

"Bluagh... Bluagh...". Vomitó en el inodoro durante mucho tiempo antes de detenerse, pero su estómago se sentía algo vacío.