Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 132

Esto era lo que solían hacer antes. En el pasado, cuando él calentaba sus manos, ella sentía un calor en su corazón. Sin embargo, ahora... solo tenía una especie de miedo incomprensible.

Fue porque ella no sabía lo que él iba a hacer.

Ella torció la mano con inquietud y quiso apartarse. Sin embargo, sus dedos la sujetaron con fuerza y no le permitieron moverse en lo absoluto.

"Sr. Yi...".

"Llámame Jin. ¿No siempre me llamaste Jin?".

Ella frunció los labios rojos con fuerza.

"Solo tómalo como mi orden, llámame Jin", murmuró suavemente. No quería escucharla llamarlo "Sr. Yi", lo que le sonaba incomparablemente discordante.

Ling Yiran permaneció en silencio durante mucho tiempo. Finalmente, abrió la boca y dijo suavemente "Jin".

Una sonrisa se deslizó por la comisura de su boca.

La sonrisa pura la dejó un poco distraída. En el pasado, ella siempre sintió que su sonrisa era muy limpia, como si no hubiera sido contaminada por el mundo, y quería proteger esa pureza.

Sin embargo... Yi Jinli...

En la Ciudad de Shen, tal vez nadie diría que Yi Jinli estaba limpio. Se decía que sus manos estaban cubiertas de sangre y lágrimas de innumerables personas. También se decía que era despiadado y de sangre fría. Una vez que alguien lo provocaba, no habría un buen final.

"¿Por qué?", le preguntó confundida. "¿No dijiste que querías vengarte de mí?".

"Si realmente quisiera vengarme de ti, entonces no te habría salvado anteayer". Yi Jinli sonrió levemente y dijo: "Ya dije que la sensación de llevarse bien contigo es bastante buena. Por lo tanto, te mantendré a mi lado".

"¿Y luego esperar hasta que te canses de mí?", ella dijo. ¿Seguía siendo un juego para él, un juego de hermanos que nunca había jugado antes? Él era tan gentil y amable con ella ahora, solo porque todavía había una sensación de novedad.

"¿Cansado de ella?", Yi Jinli pensó que no se cansaría de ella por el resto de su vida. Sin embargo, en este momento, hablando con Ling Yiran, simplemente dijo con calma la palabra "sí".

Nunca permitiría que una mujer lo controlara.

"¡Como era de esperar!", Ling Yiran suspiró en su corazón. Una vez que se cansara del juego, ella volvería a caer de las nubes al infierno.