Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1376

Lo sabía especialmente porque... al encontrarse con Bai Tingxin hoy, pudo darse cuenta de que estaba tratando de ocultar sus emociones y pensamientos.

Sin embargo, no pudo seguir cuando se enteró sobre la situación de Qin Lianyi.

"Pero él y Gao Manlin...", comenzó a decir Ling Yiran vacilante.

"Debe haber una razón para eso. A veces, no puedes tener todo lo que quieres. Naturalmente, tienes que tomar una decisión", dijo Yi Jinli.

Ling Yiran parecía verlo ahora. "¿Quieres decir que Bai Tingxin eligió a Gao Manlin porque quería recuperar a la familia Bai?".

"Es solo una de las posibilidades", respondió Yi Jinli.

Ling Yiran guardó silencio. '¿Bai Tingxin es realmente así? ¿Qué le va a decir a Lianyi?'.

Yi Jinli sostuvo la mano de Ling Yiran con fuerza en un intento por calmar su ansiedad y tensión.

En la sala del hospital, Qin Lianyi y Bai Tingxin se miraban. La persona frente a ella estaba tan cerca, pero de alguna manera, sentía que estaba lejos... Muy lejos...

La distancia entre ellos ahora parecía ser más grande que nunca.

"¿Es... cierto... lo que está en las noticias?", tartamudeó. Había pasado algún tiempo desde que despertó del coma, pero solo había logrado hablar en los últimos días. Todavía le costaba un poco formular las palabras.

Bai Tingxin guardó silencio y le quitó la mirada. Al cabo de un momento, él respondió: "Sí".

Los labios de Qin Lianyi temblaron ligeramente. "¿Estás... saliendo con... otra mujer?". Intentó abrir muy bien los ojos mientras le preguntaba. Era como si quisiera verlo mejor.

Qin Lianyi bajó lentamente los ojos, pensativa, mientras que Bai Tingxin continuaba arrodillado frente a ella esperando una respuesta.

Ambos eran como estatuas.

Algún tiempo después, los labios algo secos de Qin Lianyi se movieron y murmuró: "Bai Tingxin... resulta que... tu amor... Tu amor por mí solo se reduce a esto".

Las pupilas de Bai Tingxin se contrajeron repentinamente y su rostro se tornó pálido al instante. Sus manos, que colgaban al lado de su cuerpo, estaban apretadas en puños como si estuviera tratando de reprimir algo.

Qin Lianyi sonrió suavemente, pero el rastro de amargura en su sonrisa era evidente.

Nunca había sentido tanto dolor, ni siquiera cuando estuvo entre la vida y la muerte, ¡pero en este momento sufría de un dolor insoportable!