Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1414

La voz de Zhou Yuanlu se escuchaba cada vez más lejos. Ye Wenming no podía evitar temblar. '¿Es ella... solo una mujer cualquiera?'.

'¡No! Zhuo Qianyun nunca ha sido una mujer cualquiera. ¡Ella es... la mujer a la que amo profundamente!'.

El dolor en su pecho era cada vez más fuerte y doloroso.

Era casi abrumante.

Quizás solo ahora estaba finalmente dispuesto a admitir que todavía amaba a Zhuo Qianyun.

Mejor dicho, había pensado que no podía amarla y que podía eliminarla de su corazón después de mandarla a prisión y vengarse.

Sin embargo, resultaba que todo era autoengaño.

Si él no la amara, no se preocuparía tanto por ella. No se pondría celoso al verla con otro hombre ni tampoco estaría tan furioso por la humillación después de pensar erróneamente que ella se había burlado de él.

Él defendió a Kong Ziyin y fue despiadado con Zhuo Qianyun solo para evitar sus propios sentimientos. No se atrevió a admitir que amaba a la hija de su enemigo.

Las manos que colgaban a los costados de Ye Wenming estaban tan apretadas en puños que sus uñas le lastimaban las palmas. La sangre comenzó a gotear por sus dedos, pero él parecía no sentir dolor.

Paso a paso, caminó hacia la sala de Zhuo Qianyun.

Por supuesto, él sabía en qué sala estaba ella.

Quería verla. ¡Quería decirle que se había equivocado, que debió haberle creído y que no debió haberla humillado así!

¡No debió descargar el odio que sentía por su padre sobre ella ni vengarse de ella de una manera tan vil!

También quería decirle que la trataría bien a ella y a Pequeño Yan para compensar lo que había sufrido.

'Gente irrelevante... ¿Así que yo también soy irrelevante?'.

¡Su corazón de repente sintió una sacudida!

Ye Wenming pensó: '¿Cómo puedo ser irrelevante? ¡Soy el hombre que una vez amó Qianyun, así como el padre de Pequeño Yan!'.

"¿Quién es Yi Jinli para impedirme ver a Qianyun? ¡Incluso si es el dueño del hospital, no tiene derecho!".

Intentó entrar a la fuerza mientras hablaba.

Sin embargo, los dos hombres no cedieron. "Señor Ye, por favor, váyase. Estamos en un hospital y es tarde".

"¿Y si insisto en entrar?", preguntó Ye Wenming con amargura.