Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 147

Su cuerpo temblaba continuamente mientras vomitaba. Solo cuando sintió que había vomitado hasta el punto de colapsar y no podía vomitar más bilis, levantó lentamente la cabeza para mirar fuera del baño.

La alta silueta del hombre estaba justo afuera del baño, su apuesto rostro envuelto en una capa de tristeza.

Sus ojos oscuros la miraron con frialdad. "¿Estás tan asqueada por mí?"

El rostro de ella estaba pálido y acurrucó su cuerpo como si estuviera tratando de poner mil millas de distancia entre ellos.

Yi Jinli frunció los labios con fuerza. "¿Cuándo he tenido que desear a una mujer como esta? Soy Yi Jinli. ¿Qué tipo de mujer no puedo tener en Ciudad Shen?”

"Y ella es solo una mujer común. Incluso si es un poco interesante... no me rebajaré a perseguir a una mujer que está tan asqueada de mí”.

"Está bien, Ling Yiran. Ya que estás tan disgustada, te dejaré ir,” dijo fríamente Yi Jinli. Sus ojos hermosos y apasionados estaban fríos con escarcha. "Sin embargo, dicho eso, si te arrepientes en el futuro, nunca más te querré. Yo, Yi Jinli, nunca le doy a nadie una segunda oportunidad”.

Cuando terminó de hablar, se giró para salir de la sala.

Ling Yiran se incorporó con los brazos sobre el lavamanos, aparentemente gastando toda su energía solo para no caer al suelo.

"¿Esto significa... que puedo dejar el hospital?"

Se arregló la ropa rasgada y se peinó, luego se miró a sí misma pálida en el espejo, incapaz de evitar sonreír con ironía.

Cuando Ling Yiran salió del hospital, de repente se vio rodeada por un grupo de personas.

"¡Es ella! ¡Es la Ling Yiran que mató a alguien!"

"Este es en realidad un asunto insignificante. Nunca consideré que Ling Yiran no estaría dispuesta a quedarse al lado del Joven Amo Yi e intentaría salir del hospital por sí misma”.

"Todo el mundo sabe que en Ciudad Shen, hay muchas mujeres a las que les encantaría estar al lado del Joven Amo Yi, ¡y sin embargo, Ling Yiran lo rechazó!"

Gao Congming permaneció en silencio.

Yi Jinli estudió la escena más allá de las ventanas del auto con una expresión fría. Un momento después, fue como si fuera demasiado vago para mirar más, así que gradualmente cerró los ojos y ordenó: "¡Vamos!"

"Sí,” respondió Gao Congming. El coche se alejó lentamente de la entrada del hospital. Gao Congming no notó que las manos de su jefe sobre sus rodillas se apretaban repetidamente hasta que lentamente se formaron en puños.

"Esa es... una cantidad extrema de control".