Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1569

"De acuerdo", respondió Qin Lianyi. Mientras Bai Yulai fue al estacionamiento, ella se quedó de pie junto a la carretera. La brisa de la noche la hizo sentir un poco inquieta. De repente, corrió hacia el bote de basura más cercano y vomitó.

Ya había pasado algún tiempo para cuando terminó de vomitar. Confundida, trató de sacar un pañuelo de papel de su bolso.

Sin embargo, no podía encontrarlo por ninguna parte, incluso después de buscar por mucho tiempo.

En ese momento, una mano apareció frente a ella sosteniendo un pañuelo.

"Gracias". Qin Lianyi dio las gracias casi susurrando las palabras. Sin pensarlo mucho, tomó el pañuelo y se limpió las comisuras de la boca. Solo se dio cuenta de que era un pañuelo de tela y no un pañuelo de papel cuando terminó de limpiarse.

"¿Por qué…? ¿Por qué no te lo devuelvo después de lavarlo...?", preguntó ella mientras miraba hacia arriba.

Ella pensaba que había sido Bai Yulai quien le había entregado el pañuelo, ¡pero solo entonces se dio cuenta de que no era así!

Se encontró con un rostro que en el pasado se le había hecho tan familiar. Lo había visto en sus sueños de vez en cuando durante los últimos cinco años.

Habían pasado cinco años. El recuerdo que tenía de su rostro todo este tiempo era el de hace cinco años. Ella solo había visto cómo lucía ahora después de haber buscado sus noticias hoy.

Qin Lianyi miró al hombre que llevaba traje y corbata frente a ella. Llevaba el cabello peinado hacia atrás, dejando al descubierto su frente. Esto hacía que su hermoso rostro pareciera más definido.

Los años habían sido tan amables con él que apenas se podía ver los rastros de edad en él.

El hipo de ella rompió el silencio que los rodeaba. "Mucho... Mucho tiempo sin vernos...". Tenía la intención de decirlo en un tono tranquilo, pero se le trabó la lengua después de beber tanto vino.

Estaba enojado porque ella se emborrachó tan fácilmente frente a otro hombre. Estaba aún más enojado porque ella... parecía tener sentimientos por ese hombre.

Qin Lianyi murmuró: "¿Peligroso? No, él es un buen hombre y estaré bien. Bai Tingxin, yo... ya te he superado, así que no te preocupes. Incluso si ahora estás en... Ciudad Shen, no te molestaré. Yo no... Yo no arruinaré tu relación con tu novia".

El rostro de Bai Tingxin se mantuvo frío. Cada palabra que ella decía lo perforaba como una aguja.

Había regresado a la Ciudad de Shen para conducir cerca de su oficina, con la esperanza de poder verla desde lejos.

Se dijo a sí mismo que solo echaría un vistazo. Solo quería un vistazo.

Sin embargo, la siguió hasta la plaza del centro en su coche y la vio entrar a un restaurante con un hombre. Luego, no pudo evitar aparecer frente a ella cuando la vio vomitar debido a su estado de embriaguez.