Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1577

"Sí... Sí, lo entiendo. No gastaré dinero que no esté acorde con mi estatus". Una vez dijo esto, Su Wenting huyó de la boutique, casi con miedo.

Por la noche, Ling Yiran volvió a la habitación después de acostar a los dos pequeños. Comenzó a buscar noticias sobre Bai Tingxin en su teléfono.

Aunque la habitación individual de su hija ya estaba amueblada, a la pequeña Jin le gustaba dormir con el Pequeño Mo últimamente.

Por la noche, se acostaba en la cama de Yi Qianmo y le pedía que le contara una historia cuando era hora de irse a dormir. Ling Yiran no sabía si reír o llorar al ver esto.

Sin embargo, teniendo en cuenta que los dos niños aún eran pequeños y Ling Yiran quería que se llevaran bien, los dejaba dormir juntos.

Pobre Yi Qianmo. Un niño que no hablaba mucho ahora estaba siendo forzado por su hermana a convertirse en un parlanchín.

A su hermana le molestaba la falta de emoción cuando le contaba historias, así que él se veía obligado a contar las mismas historias varias veces.

Ling Yiran esperaba que su hijo se impacientara, pero quién diría que el niño le contaría a su hermana la misma historia una y otra vez sin mostrar un rastro de fastidio.

Tal vez era su parentesco, el Pequeño Mo era un buen hermano.

Las comisuras de la boca de Ling Yiran se curvaron inconscientemente al pensar en esto. De repente, una voz resonó en sus oídos. "¿Qué pasa? ¿Estás interesada en Bai Tingxin? ¿Por qué estás sonriendo al ver su foto?".

Al instante, Ling Yiran volvió a sus sentidos. Yi Jinli se había quedado detrás de ella en algún momento, y lo que estaba en la pantalla de su teléfono eran noticias sobre Bai Tingxin.

Como había estado mirando su teléfono, otros malinterpretarían que estaba sonriendo por Bai Tingxin.

Su tono era indiferente y su voz sonaba fría, pero había terminado su pregunta con una leve entonación. Parecía haber seducción en sus ojos brillantes.

Ling Yiran miró a Yi Jinli con su rostro ligeramente enrojecido. ¿Esperaba que ella le diera una respuesta a eso?

"¿Por qué te quedas callada? ¿No has sido proactiva todo este tiempo?", mencionó. Sus finos labios sonrieron suavemente y ella apenas podía apartar la mirada.

'¡Está bien, no hay vergüenza en enamorarse de él!'.

Ella se sonrojó y dijo: "Tú".