Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1595

"Sí". Gao Congming salió de la oficina.

Yi Jinli se reclinó en su silla, cerró los ojos y murmuró: "Yiran está... viva... Ella está viva...".

Comenzó a reír. Su risa se hacía más fuerte, mientras las lágrimas aparecían en las comisuras de sus ojos cerrados.

Gotas de lágrimas caían una tras otra.

Había recuperado la mayoría de sus recuerdos. Recordaba cómo se conocieron, cómo se enamoraron, cómo se separaron... y cómo se casaron...

Por esos incidentes, se enteró de cuán profundamente la amaba. Era tan profundo que comenzaba a comprender lo que eran el miedo, el arrepentimiento y la impotencia.

Lo lastimaba cada vez que recordaba el momento en que ella se enteró de la verdad sobre el caso de Hao Meiyu.

Había asumido que ella nunca se enteraría mientras él ocultara la verdad.

Sin embargo, resultaba que siempre había variables en este mundo.

Ahora que ella había regresado y estaba tan enamorada de él, era casi como un sueño hecho realidad para él. Tenía miedo de despertar de aquel sueño algún día.

Incluso en las noches recientes, solía abrir los ojos una vez que ella se quedaba profundamente dormida para mirarle la cara y tocarla suavemente con su mano.

Era como si quisiera asegurarse una y otra vez que ella estaba justo a su lado y que no rechazaría su toque.

"Es sentido común que las parejas casadas que duermen juntas encima de la otra van a tener bebés", dijo Yi Qianmo con una expresión seria.

Ling Yiran solo pudo volver la cabeza para mirar a Yi Jinli y decir: "Solo tiene cinco años. ¿Por qué él... sabría algo así?".

"A veces esas cosas salen en programas de televisión. Lo vio una vez y le preguntó al Tío Kwan. El Tío Kwan le dijo que lo hacían para tener un bebé", explicó Yi Jinli.

"...". Ling Yiran también había visto programas de televisión antes y sabía que las escenas en los programas de televisión eran muy sutiles: solo dos actores abrazándose antes de que la cámara se alejara de la escena. No se mostraba nada más.

También parecía normal que los niños tuvieran curiosidad.

Sería difícil explicarles a los niños lo que estaban haciendo. Ling Yiran casi podía imaginar lo difícil que había sido para el Tío Kwan explicarlo.