Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1605

¡Sí, él estaba asustado! ¡Aunque le importaba el niño, le importaba más Yiran! Si Yiran llegara a desaparecer de su mundo nuevamente, apenas podría imaginar cómo iba a ser su vida.

Yi Jinli volvió la cabeza casi con dificultad para mirar a la mujer que estaba a dos pasos de él. Estaba igualmente pálida con un brillo inusual en sus ojos almendrados.

"Yiran, no... no digas que sí. Incluso si él no nos dice nada, yo... yo averiguaré dónde está ese niño. No aceptes, pase lo que pase, ¿de acuerdo...? Te lo suplico...".

Su hermoso rostro estaba lleno de miedo e inquietud. Su delicada belleza penetró profundamente en el corazón de Ling Yiran.

Se había prometido a sí misma que nunca más permitiría que él mostrara esa mirada de miedo y dolor.

Sin embargo, lo estaba viendo ahora. Ling Yiran respiró profundamente y le murmuró a Yi Jinli: "Está bien".

Su 'está bien' abrumó a Yi Jinli, y las lágrimas simplemente brotaron de sus ojos.

'Ella dijo que está bien. Dijo que estaba bien... ¿Significa esto que no volverá a desaparecer de mi vida?’.

El Secretario Wang miró a Ling Yiran con desdén y dijo: "¡Parece que eres solo una mujer egoísta que se resiste a renunciar a la gloria y riqueza de la familia Yi por el bien de un niño!".

Ling Yiran se acercó, tomó la cara de Yi Jinli entre sus manos y secó suavemente sus lágrimas con un pañuelo. "Jin, deja de llorar. Deja de llorar. No sé qué hacer cuando lloras".

Sus lágrimas la ponían nerviosa y también la preocupaban. Ella solo quería que él dejara de llorar para ya no sentirse triste, herida, asustada e inquieta.

"¿Qué te hace pensar que no serás una debilidad?". El Secretario Wang se veía como si acabara de escuchar una broma divertida.

"Porque si alguna vez llega un momento en que alguien quiera usarme para amenazarlo, entonces… me suicidaré", replicó ella. Era lo que había hecho en el pasado, y las cosas no cambiarían.

Lo amaba más que a su propia vida. Si se enfrentaba a la misma situación de nuevo, pensaba que tomaría la misma decisión que en ese entonces.

El Secretario Wang pareció mirar a Ling Yiran con algo de sorpresa. Cada palabra que decía la mujer era suspicaz. Había una determinación inigualable en sus ojos.

Era como si cada palabra que decía era certera... ¡No, ella ya había cumplido su palabra antes!