Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1620

De repente, la figura de Bai Tingxin apareció en la mente de Qin Lianyi.

Ella sacudió la cabeza con fuerza. '¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy pensando en Bai Tingxin cuando se supone que debo dejarlo atrás?’.

Una vez que los dos eligieron sus pasteles y regresaron a la mesa de Ling Yiran y Yi Jinli, Qin Lianyi vio que su mejor amiga estaba un poco sonrojada. Yi Jinli le estaba dando un bocado a la vez.

‘Esta muestra pública de afecto es...'. Sin embargo, Qin Lianyi se alegró de ver a su mejor amiga siendo tan feliz ahora. Incluso si ella misma nunca pudiera tener un romance perfecto, ya era lo suficientemente bueno que Yiran pudiera tener un final feliz.

Durante su conversación, Qin Lianyi se enteró de que su mejor amiga planeaba iniciar un bufete de abogados en la Ciudad de Shen e inmediatamente le mostró su apoyo. "Estaré allí para apoyarte cuando inicies el negocio".

Ling Yiran sonrió y respondió: "De acuerdo. Señor Bai, también puedes venir si estás libre".

"Por supuesto", respondió Bai Yulai.

Durante su conversación, Ling Yiran se enteró de que Bai Yulai ocupaba un puesto de gerencia media en una gran empresa. Poder ser parte de la gerencia media en una gran empresa a su edad significaba que tenía ciertas capacidades buenas.

Yi Jinli no habló mucho. ¡Simplemente seguía dándole bocados del pastel a Ling Yiran, haciéndola sentir tan avergonzada!

Después de terminar el pastel, Ling Yiran compró dos rebanadas más para sus hijos para cuando los recogiera de las clases más tarde.

Los cuatro salieron de la pastelería. En ese momento, una voz gritó de repente: "¡Aquí! ¡Esa maldita abogada está aquí!".

Al momento siguiente, una gran cantidad de personas corrieron hacia Ling Yiran. Antes de que Ling Yiran pudiera reaccionar, parecía que algo ya se dirigía hacia ellos.

Ling Yiran se encontró con un cálido abrazo y escuchó una voz familiar. "¡Yiran, no tengas miedo!".

Su cuerpo y cabello estaban cubiertos con aquellas cosas sucias y papel de incienso. Por su rostro se deslizaban trozos de huevo.

En comparación con él, ella estaba mucho mejor.

"Jin, ¿estás bien? ¿Te lastimaste?", preguntó Ling Yiran con nervios y voz temblorosa.

Él la había sujetado en sus brazos. No importaba cuanto ella le gritó que la soltara y no la protegiera con su cuerpo, sus manos no la dejaron ir.

"Estoy bien. Solo me golpearon con algunas cosas pequeñas", dijo Yi Jinli con indiferencia.

Ling Yiran respiró aliviada después de confirmar que Yi Jinli estaba realmente ileso, pero su corazón aún no se calmaba.