Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1638

Sin embargo, esa sensación de confianza se estaba desmoronando rápidamente.

"En vez de darme un poder real, convertirme en el presidente solo en nombre hubiera sido lo mejor para la familia Gao. También hubiera sido más reconfortante para ti, ¿no?", preguntó Bai Tingxin con una leve sonrisa, pero sus ojos eran helados.

Gao Manlin se estremeció un poco. Siempre había sido calculadora y arrogante, pensando que todo estaba bajo su control.

Sin embargo, ahora se daba cuenta de que en realidad todo estaba bajo el control del hombre que tenía enfrente.

Él sabía exactamente lo que ella y la familia Gao habían estado planeando, ¡pero la ilusión que él montó la había seguido confundiendo!

Si él hubiera sido demasiado sumiso o servil, ella habría sospechado. Sin embargo, durante los últimos cinco años, su comportamiento, lucha, deseo de poder y sentimientos encontrados por ella... ¡la hicieron bajar la guardia!

¡Este hombre era demasiado calculador!

¡Terriblemente calculador!

¡Gao Manlin se dio la vuelta sin decir una palabra! No había necesidad de que ella se quedara por más tiempo. ¡Tenía que pensar en un plan para hacer frente a esto lo antes posible!

Sin embargo, los hombres de Bai Tingxin la detuvieron cuando llegó a la sala de estar.

"Bai Tingxin, ¿qué se supone que significa esto?", preguntó Gao Manlin mientras lo miraba.

"Nada. Solo quiero que te quedes aquí unos días", dijo Bai Tingxin despreocupadamente.

La expresión de Gao Manlin cambió instantáneamente. "¿Vas a mantenerme en custodia?".

¡En este momento, Gao Manlin entró en pánico!

La sala volvió a quedar en silencio. Bai Tingxin bajó la mirada levemente y murmuró: "Lianyi, no dejaré ir a nadie que te haya lastimado".

Cualquiera que la haya lastimado pagaría el precio, incluso... ¡él mismo!

...

Qin Lianyi pidió un permiso para ausentarse de la oficina. Ella y sus padres estaban solos en el apartamento estos días. Todos los días, los hombres de Bai Tingxin les entregaban sus necesidades diarias y se llevaban la basura antes de irse.

El Internet y otras comunicaciones en el apartamento funcionaban bien, por lo que Qin Lianyi aún podía mantenerse al día con lo que sucedía afuera.