Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1716

Al instante ella se detuvo y se dio la vuelta, ¡solo para encontrarse con Bai Tingxin de pie a diez metros de distancia!

'¿Él... sigue aquí?'.

Qin Lianyi quedó estupefacta. Entonces, vio a Bai Tingxin acercarse a ella paso a paso. "¿Me estabas buscando?", él repitió la pregunta anterior.

Qin Lianyi finalmente recuperó el sentido, respiró hondo y dijo: "¡Sí! ¿Resultaste herido cuando te caíste por las escaleras mecánicas hoy? ¿Dónde te heriste?".

Sus ojos oscuros la miraron antes de que una sonrisa sarcástica apareciera en el borde de sus labios. "¿Estás preocupada por mí?".

"¿Y qué si lo estoy? ¿Qué haces aquí a esta hora cuando estás herido, en vez de descansar en casa?". ¿Cuánto tiempo habría permanecido allí si ella no hubiera abierto la ventana?

Su corazón no podía evitar estremecerse al pensar en esto.

Él se rio entre dientes mientras su mirada decaía un poco. "¿Te conmovería si dijera que vine aquí porque quería verte? ¿Te conmovería lo suficiente como para volver a estar conmigo?".

"¡Bai Tingxin, hablo en serio!".

"¿Y quién eres tú para decir que yo no hablo en serio?", replicó él.

Ella se congeló y lo miró en silencio, sus manos se aferraban al dobladillo de su pijama a sus costados. "Yo... no volveré a estar contigo".

¡Ella no tenía idea de si él la abandonaría nuevamente por ambición, dinero y poder si la familia Bai llegaba a tener otra crisis!

En ese momento, quizás no solo ella sino sus padres también sufrirían un golpe más duro.

"Qin Lianyi, lo creas o no, me seguirás debiendo...". Su voz sonaba tan clara en medio de la noche. "Hasta que te cases con otro hombre y te conviertas en su esposa algún día. Si eso sucede, ¡desapareceré y nunca más te veré!".

Qin Lianyi parecía estar impactada.

¡Él habló con tal determinación que ella sintió como si hubiera una espada afilada apuñalando su corazón sin piedad!

¡El dolor estalló en su corazón!

Ella pensó que ya no estarían involucrados el uno con el otro, pero ni siquiera se le ocurrió que no se volverían a ver.

Incluso había imaginado innumerables veces que podrían encontrarse por casualidad en las calles y sonreírse cuando fueran viejos, recordando sus sufrimientos pasados ​​como recuerdos agradables.