Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1726

Resumo de Capítulo 1726: Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante

Resumo de Capítulo 1726 – Uma virada em Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante de Internet

Capítulo 1726 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Romance, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.

La mujer lo tomó tan desprevenido que ella logró jalarlo hacia el asiento trasero, lo cual hizo que quedara presionándose encima de ella.

El olor a alcohol mezclado con el propio aroma de su cuerpo se precipitó en su nariz, haciendo que el hombre cayera en un trance.

"Bai Tingxin... Por qué... ¿Por qué apareciste de nuevo?", murmuró Qin Lianyi.

Se puso rígido. '¿Acaso no se da cuenta que esta cercanía y la forma en que me sostiene me causan un dolor devastador?'.

Sin embargo... No quería alejarla. Solo quería que ella siguiera abrazándolo. Podía soportar el dolor mientras ella siguiera abrazándolo así.

"Porque te extraño mucho", murmuró Bai Tingxin. Él le respondió de todos modos, aunque sabía que ella probablemente olvidaría lo que dijo cuando se despertara.

"Me... ¿Me extrañas?".

"Si, te extraño mucho...".

"Pero... ¿no sabes cuánto quiero… superarte?". Parecía tener un nudo en la garganta, y finalmente rompió en un pequeño sollozo.

A él se le oscurecieron los ojos un poco. "Lo sé". Él sabía esto demasiado bien. "¡Me iré después de llevarte a tu apartamento!".

Intentó levantarse mientras hablaba.

Sin embargo, las manos de Qin Lianyi agarraron firmemente el dobladillo de su camisa, negándose a soltarlo. "Tú... Tú no has bebido, ni jugado a las adivinanzas conmigo, ni... ¡ni bailado para mí todavía!".

"Si me pides esto cuando estés sobria, entonces lo haré", dijo él.

"Estoy... Hic... estoy sobria...". Ella le mostró una gran sonrisa mientras hablaba.

"Sí... Sí...", murmuró mientras sus dedos acariciaban su rostro, tentando su corazón una y otra vez.

"Bai Tingxin, quiero... superarte...". Cuando terminó de hablar, sus labios besaron los de él.

Ella decía que quería superarlo, pero ahora lo estaba besando.

"Qin Lianyi... ¿Qué diablos quieres?", preguntó él con voz ronca, y la respuesta que obtuvo fue otro beso prolongado...

Qin Lianyi estaba durmiendo en el asiento trasero del coche.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante