Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1790

Yi Jinli apretó sus delgados labios. "Si de verdad te hubiera superado, no habría mencionado eso de la próxima vida".

Ling Yiran dijo: "Probablemente solo dijo eso para su tranquilidad. ¿Quién sabe si hay una vida después de esta?".

"¿Y si la hay? ¿Estarías dispuesta a darle la oportunidad de estar contigo en tu próxima vida?", preguntó.

"¿Acaso estás celoso?", ella bromeó.

"Sí, estoy celoso". Su expresión era mortalmente seria.

Ling Yiran se congeló. Luego, se recompuso y dijo con seriedad: "Si la hay, espero poder volver a encontrarte. No soy la persona indicada para Gu Lichen. ¡Él conocerá a una mujer que sea digna de su amor, alguien que lo amé algún día!".

Las pestañas de Yi Jinli temblaron un poco mientras levantaba la mano para abrazarla, rozando suavemente su mejilla contra la de ella. "Entonces, en nuestras próximas vidas, te encontraré tan pronto como pueda y haré todo lo posible para protegerte para que no sufras en lo más mínimo".

Su dulce voz fluyó a través de su corazón como una cálida corriente. Ling Yiran sonrió dulcemente. "De acuerdo".

Si tenían más vidas, ella esperaba que se pudieran encontrar pronto, como él había dicho. Habría menos giros y vueltas, y más felicidad.

...

La operación de Ling Yiran estaba programada para las nueve de la mañana del día siguiente.

El Doctor Su estaba a cargo de la operación, y estaba acompañado en la sala de operaciones por dos especialistas de la Ciudad de Shen. Además, también había un equipo de especialistas fuera del quirófano. Estarían viendo una transmisión en vivo mientras analizaban la situación.

Habían preparado un total de tres métodos diferentes. Intentaban ser lo más seguros posible, por así decirlo.

"Sí, con tantos especialistas alrededor, tus manos estarán bien", dijo Yi Jinli.

"Incluso si falla, no importa. Ahora que la tecnología es tan avanzada, pensaremos en otras formas. Además, hay tantas cosas que puedo hacer incluso sin mis manos", ella dijo.

"No digas esas cosas de mala suerte. Tus manos... ¡estarán bien!", dijo Yi Jinli. Nunca había sido un hombre supersticioso, pero tenía miedo de que ella terminara arruinando su propia suerte.

Cuanto a uno más le importaba alguien, más cuidadoso se volvía.

Cuando llegó el momento de la operación, llevaron a Ling Yiran al quirófano. Qin Lianyi, Zhuo Qianyun y Yi Jinli se quedaron haciendo guardia afuera.

Gao Congming, quien estaba al lado de Yi Jinli, se acercó a Qin Lianyi y Zhuo Qianyun. Él dijo: "La operación de hoy será larga, así que pueden irse si desean. Les avisaré cuando termine".