Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1809

En el camino de regreso, Yi Jinli dijo con indiferencia: "Debes haber visto todo lo que necesitabas ver. No estoy interesado en saber lo que estás pensando en este momento, pero quiero que seas obediente y no intentes hacer nada sospechoso mientras te quedas con la familia Yi. ¡No lastimes a la Pequeña Jin y el Pequeño Mo!”.

A pesar de que Hao Jifei solo tenía cinco años, Yi Jinli le habló de manera implacable y directa.

Hao Jifei miró a Yi Jinli. "Tío Yi, ¿cuándo me enviaras lejos de la Residencia Yi?".

Yi Jinli levantó las cejas ligeramente, aparentemente un poco sorprendido por la incisividad del niño. Efectivamente, el hombre nunca tuvo la intención de dejar que el niño se quedara con la familia Yi por mucho tiempo desde el principio.

"Cuando la Pequeña Jin se canse de ti. En ese momento, te llevaré lejos de la familia Yi. Pero hasta entonces, será mejor que le hagas compañía, ¿entendido? Si ella está feliz, arreglaré que vayas a un lugar mejor después de irte de la Residencia Yi”.

El pequeño jugueteaba con sus manos nerviosamente, y una capa de sudor frío brotó de su frente.

Aunque el pequeño parecía tranquilo ahora, su corta edad delataba lo nervioso que estaba.

"Solo soy... el juguete de la Pequeña Jin, ¿verdad?", preguntó la voz joven.

Yi Jinli sonrió. "Pequeño Fei, eres inteligente. Estás en lo correcto. En lo que a mí respecta, eres solo un juguete de la Pequeña Jin. Mientras no te metas en problemas, no te maltrataré hasta cuando la Pequeña Jin se aburra de ti".

Hao Jifei sintió que el aire se enfriaba. Ser observado por el hombre frente a él le daba una sensación de pavor.

Al igual que la otra noche cuando fingió estar dormido y escuchó la conversación del Tío Yi y la Pequeña Jin, el Tío Yi había dicho con voz indiferente que podía cortarse la mano para que las esposas ya no fueran un problema.

'¡El Tío Yi es... un hombre terrible!'.

A pesar de que el Tío Yi le sonreía, ¡el niño estaba aterrorizado!

Su madre no solía ser muy amable y gentil con él. Incluso solía pellizcarle la cara y decir: "Si hubiera sabido lo agotador que sería criar a un niño, no te habría dado a luz. ¡Solo me estoy haciendo sentir miserable!".

Sin embargo, igual deseaba que su madre estuviera viva.

Entonces no estaría solo.

Justo en ese momento, una pequeña mano se abrió paso entre sus sábanas. Sorprendido, tiró de las sábanas hacia atrás y expuso su cabeza. Sus ojos se encontraron instantáneamente con un par de ojos brillantes.

"¿Eh? Pequeño Fei, ¿por qué lloras?". Yi Qianjin se sorprendió al ver que los hermosos ojos de Hao Jifei estaban rojos y húmedos.

Yi Qianjin nunca había visto llorar a Hao Jifei, ni siquiera cuando los hijos de las sirvientas lo criticaban.