Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1861

Sin embargo, él siguió engañándose a sí mismo una y otra vez. Preferiría creer que sus propias mentiras eran la verdad.

Pero ahora que se trataba de tomar una decisión y enfrentarse a tal prueba, la mentira aparentemente frágil lo hizo dejar de mentirse a sí mismo.

"Vete a casa. Quiero estar solo y que nadie me moleste esta noche", dijo Yi Jinli con frialdad.

Sin embargo, un par de brazos instantáneamente lo envolvieron por detrás. Ella presionó su cara contra su espalda.

Al instante él se puso rígido y la escuchó decir: "No suplicaré por la Señora Kang, pero mi mentor y su esposa son amables conmigo, Jin. No entiendes lo indefensa que estuve cuando perdí la memoria y estaba luchando sola en una gran ciudad, con una niña en mis brazos. No tenía pasado y solo podía luchar para mantenerme viva a mí y a mi hija. No fue hasta que conocí a mi mentor y a su esposa que finalmente sentí que pude respirar".

Después de una pausa, lo abrazó un poco más fuerte, como si eso le diera el coraje para seguir hablando. "Sé que quieres que la Señora Kang pague por lo que sucedió en el pasado de una forma u otra, así que, ¿por qué no lo hacemos con la ayuda de la ley? ¿Por qué no dejamos que la corte decida qué hacer con ella por su negligencia al causarte una lesión grave y por sus acciones que hicieron que tu padre eligiera suicidarse?".

Ella no quería que las manos de él se mancharan con la sangre de su propia madre. Esa no era la forma de hacer las cosas.

A veces, odiar demasiado a una persona también podía revelar... ¡la renuencia de uno para superar las cosas!

Yi Jinli se dio la vuelta lentamente. Miró a Ling Yiran y dijo: "¿Y qué pasa si no quiero? Es demasiado sencillo que ella sea juzgada por la ley. ¿Valen sus años en prisión lo mismo que la vida de mi padre?".

Ling Yiran se congeló. No pudo evitar morderse el labio inferior. "Entonces, ¿qué quieres hacerle?".

"Dado que se perdió una vida, entonces debería pagar con su vida, ¿no?", preguntó con frialdad.

Su cuerpo temblaba al mismo tiempo que sus manos. Podía sentirlo todo.

Los ojos de Yi Jinli brillaron con dolor y remordimiento.

Esa situación fue una fuente de gran dolor para ella, y era lo mismo para él.

Él no le respondió, y ella lo acompañó obstinadamente al lugar donde murió su padre. Ella tomó su mano con fuerza, como si temiera que él se fuera de nuevo y no dejara que lo encontrara.

Yi Jinli y Ling Yiran regresaron al coche cuando empezó a hacer más frío.