Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1891

15 minutos después, Ling Yiran se puso en cuclillas en la puerta y comió el desayuno que le trajo el guardia de seguridad: panecillos al vapor con cebollinos, avena y algunos acompañamientos.

Era el desayuno que se había servido hoy en la mansión, y el guardia de seguridad consiguió un plato para ella. El guardia de seguridad dijo que le había costado mucho trabajo sacar la comida de la cocina.

"Joven Señora, vaya a casa. El Joven Amo Yi ya debería saber que ha estado aquí toda la noche, pero no nos ha pedido que la dejemos entrar. ¿No está sufriendo al estar aquí parada? ¿Por qué no se regresa primero? Va a poder ver al Joven Amo Yi cuando él quiera verla", le aconsejó amablemente el guardia de seguridad.

Mientras desayunaba, Ling Yiran negó con la cabeza y dijo: "No, gracias. Seguiré parada aquí".

Ella sentía que si se rendía y se iba a casa, ¡quizás sería más difícil para ella verlo entonces!

Por lo tanto, lo que necesitaba hacer ahora era preservar y ​​no rendirse. Si aún no puede verlo hoy, tal vez le pediría al Tío Kwan que enviara a alguien para que le trajera una tienda de campaña. Simplemente montaría una tienda de campaña fuera de la mansión.

Al guardia de seguridad le dio dolor de cabeza cuando escuchó eso.

Se decía que el Joven Amo Yi mimaba mucho a la Joven Señora. Aunque desapareció durante cinco años, cuando de repente regresó con una hija, el Joven Amo Yi todavía atesoraba a la Joven Señora. Incluso había un video del Joven Amo Yi protegiendo a la Joven Señora de hojas de vegetales y huevos podridos con su cuerpo.

Sin embargo, por alguna razón, el Joven Amo Yi estaba rechazando a la Joven Señora.

'¿Significa esto que... la Joven Señora está cayendo en desgracia? Pero anoche, la llamada telefónica del Secretario Gao no sonaba como si ella estuviera cayendo en desgracia’.

El guardia de seguridad tuvo otro dolor de cabeza al recordar la llamada telefónica del Secretario Gao anoche.

"Recuerden, asegúrense de que no le pase nada a la Joven Señora. Mantengan la calma y tratenla bien. Denle lo que quiera, pero... no le dén a la Joven Señora la impresión de que está recibiendo un trato especial".

Yi Jinli miró con indiferencia el panecillo al vapor con cebollino a medio comer de Ling Yiran que sostenía sus palillos antes de mirarla a la cara.

Sus mejillas estaban llenas, pareciéndose un poco a un hámster. Los círculos oscuros bajo sus ojos y el cansancio entre sus cejas más o menos mostraban que había estado afuera toda la noche.

Todo estaba en silencio, y ahora parecía como si solo hubiera el sonido de sus respiraciones.

"J-Jin, ¿por qué saliste?". Las palabras de Ling Yiran fueron un poco arrastradas porque todavía tenía el panecillo en la boca.

"Entonces parece que no debería haber salido", dijo Yi Jinli con frialdad y luego se volteó para volver a entrar.

"¡No!", dijo Ling Yiran rápidamente mientras extendía la mano para agarrar la muñeca de Yi Jinli. También trató de tragar el panecillo que tenía en la boca, pero tragó demasiado rápido y se atragantó y tosió.