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Zheng Yahui se sorprendió cuando escuchó que su ex hijastro estaría en primer grado. "Bueno... ¿el Pequeño Ci va a estar en primer grado? ¿Por qué no transfieres a Zixin a otra escuela? La Escuela Primaria de Idiomas Extranjeras de la Ciudad de Shen es una gran escuela primaria...".
Zheng Yahui comenzó a divagar sobre He Zixin y el Pequeño Ci estudiando en la Escuela Primaria de Idiomas Extranjeras. Entonces, su hija también podría estudiar allí.
"Cuando llegue el momento, simplemente nos mudaremos a algún lugar cerca de la Escuela Primaria de Idiomas Extranjeras para que sea conveniente para que los niños vayan y vengan de la escuela. Podremos cuidarlos mejor también. ¿No lo cree, Señora Yi?".
Ling Yiran miró a Zheng Yahui con una media sonrisa. Sabía lo que ella estaba tramando. La Escuela Primaria de Idiomas Extranjeras era una escuela primaria aristocrática en la Ciudad de Shen, donde muchas familias ricas y poderosas enviaban a sus hijos a estudiar.
Debido al costo de matrícula de cientos de miles de yuanes al año y casas en el vecindario ridículamente caras, Zheng Yahui quería que la familia Yi pagara todo.
"No es imposible. ¿Qué tal esto? Puedo pagar la matrícula de Zixin y el Pequeño Ci. Pero mudarse a un lugar cerca de la Escuela Primaria de Idiomas Extranjeras no es barato. Deben asegurarse de que puedan comprar o alquilar una casa cerca", dijo Ling Yiran.
La mirada expectante de Zheng Yahui de repente se puso pálida como si hubiera comido algo desagradable.
Ling Yiran bajó la cabeza y le dijo al Pequeño Ci: "Está bien, hice lo que te prometí. ¿Qué hay de lo que me prometiste?".
"¿Me prometes que puedo tener videollamadas con la Hermana todos los días?", preguntó el pequeño con seriedad.
Ling Yiran dijo: "Lo prometo, y Zixin también tiene mi número de teléfono, así que puede llamarme cuando quiera comunicarse contigo".
El Pequeño Ci extendió su mano hacia Ling Yiran.
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