Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2131

Ling Yiran miró a Zhuo Qianyun, luego a Ye Wenming. Ella dudó.

Zhuo Qianyun dijo: "Está bien, alguien me llevará a casa, entonces, ¿por qué no se van a casa primero?".

"Muy bien, ¡entonces nos iremos a casa!". Ling Yiran y Yi Jinli entonces se dirigieron a su coche.

Zhuo Qianyun siguió a Ye Wenming hasta su coche.

Los dos se subieron al coche y Ye Wenming dijo mientras conducía: "¿De verdad vas a tener el bebé?".

"Quiero dar a luz a este bebé. Además, no hemos recibido los resultados de la consulta con el doctor. Tal vez no sea tan grave como pensamos", dijo Zhuo Qianyun.

"¿Pero acaso no viste lo que le sucedió a Qin Lianyi hoy? ¿No dijiste que todo estaba bien con sus chequeos de embarazo? Pero aún tuvo un parto difícil y casi muere", dijo Ye Wenming. Aunque no fue Zhuo Qianyun quien tuvo un parto difícil, su corazón aún palpitaba con miedo.

Él no dejaba de pensar en lo que haría si le sucediera la misma situación. ¡Tenía miedo de terminar como Bai Tingxin en la sala de partos!

"Lo que le sucedió a Lianyi fue casualidad. Algunos incidentes aún pueden suceder, pero son raros", dijo Zhuo Qianyun.

Ye Wenming dijo rápidamente: "¡Pero no quiero que te suceda esa casualidad! No quiero correr el riesgo, incluso si es uno en diez millones".

Zhuo Qianyun se quedó en silencio.

El ambiente en el coche de repente se volvió sombría.

Cuando el coche llegó a la entrada de la tienda y Zhuo Qianyun estaba a punto de bajarse después de despedirse, Ye Wenming la tomó de la mano. Se inclinó hacía ella. "Aborta al bebé, ¿de acuerdo? Fue un error mío dejarte embarazada y no debí haber insistido en que te quedaras con el bebé. Te suplico que abortes al bebé".

La sonrisa de Zhuo Qianyun se volvió más fría. "No somos tus pertenencias. No somos algo que puedas guardar y tirar como quieras. Ye Wenming, sigues siendo el mismo después de todos estos años. ¿No me trataste de la misma manera en ese entonces?".

Su rostro palideció instantáneamente, y su sangre pareció congelarse por lo que ella dijo.

Ella lo apartó y salió del coche.

Él se quedó sentado en el coche aturdido. De repente, se echó a reír como un loco. Sin embargo, la risa se convirtió en un sollozo mientras reía. Entonces, las lágrimas rodaron por su rostro.

Resulta que ella todavía pensaba que él era el mismo de entonces.

Ella pensaba que él estaba tratando de manipularla, ¡pero no podía ver cuánto se preocupaba por ella!