Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2222

Aun así, cuando se enteró de las palizas y humillaciones que ella recibió en prisión, incluso aterrorizó a un hombre como él. No tenía idea de cómo ella sobrevivió a todo mientras estaba embarazada.

"Lo siento. Lo siento...", murmuró Ye Wenming, con los ojos llenos de arrepentimiento.

Zhuo Qianyun hizo una pausa antes de decir con indiferencia: "No quiero discutir quién tiene razón y quién está equivocado en lo que sea que haya entre nosotros. Solo espero que podamos terminar con todos nuestros rencores y volver a nuestras vidas pacíficas".

Ye Wenming no pudo evitar sonreír irónicamente. 'Sí, volver a nuestras vidas pacíficas. Es lo que ella más quiere, ¿verdad? ¡Y se lo debo a ella!’.

"Está bien. Si quieres paz, entonces te daré paz. Regresaré a la Ciudad L después de que des a luz al bebé. Le entregaré la sucursal en la Ciudad de Shen a otra persona, para que no tengas que preocuparte de que yo afecte tu vida normal", dijo Ye Wenming.

Zhuo Qianyun miró algo inexpresivamente a Ye Wenming. Lo que dijo era lo que ella quería oír. Él se iría de la Ciudad de Shen después de que naciera el bebé. Entonces, ella y él solo podrían verse ocasionalmente en lo que respecta a sus hijos. Ella podría vivir en completa paz.

Sin embargo, ¿por qué su corazón se sintió vacío por lo que dijo?

Mirándola en trance, él pareció recordar algo y agregó: "Si estás preocupada por el divorcio, solo llámame. Iré a la Ciudad de Shen y me divorciaré de ti cuando quieras".

Zhuo Qianyun apretó los labios. En verdad, ella no había estado pensando en eso en absoluto.

'Sí, él se irá de la Ciudad de Shen después de que yo dé a luz al bebé. Quizás la próxima vez que nos veamos sea cuando nos divorciemos’.

Una vez llegaron al hospital, Zhuo Qianyun acompañó a Ye Wenming a la sala de emergencias. El doctor trató la herida de Ye Wenming y le dijo que no sostuviera ningún objeto pesado con la mano durante los próximos días.

Sin embargo, fuera lo que fuera, lo aceptaría.

Ya fuera su simpatía o algo más, él lo quería. Lo que más no podía soportar era su indiferencia.

Si era indiferencia, se sentía como si él hubiera dejado de existir en sus ojos.

No quería que ella lo mirara de esa manera nunca más.

Los dos llegaron a un pequeño restaurante de fideos cerca del hospital. Zhuo Qianyun pidió un plato de fideos con chuleta de cerdo y miró a Ye Wenming.