Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2230

Un escalofrío recorrió la espalda de Yan Qiongying. "Señor... Señor Ye, ¿acaso Qianyun dijo algo que lo hizo malentender? Yo… yo no estoy tratando de usar a Qianyun para nada. Yo solo...".

Sin embargo, antes de que Yan Qiongying pudiera terminar de hablar, Ye Wenming dijo: "Tú y yo sabemos muy bien si te malentendí o no. Y no tengas ideas divertidas frente a mí. No estoy interesado en mujeres como tú".

Yan Qiongying se sonrojó al instante, sintiéndose profundamente insultada. "¿N-No está jugando con Zhuo Qianyun también? ¿Está realmente interesado en alguien que ha estado en prisión como ella?".

Los ojos de Ye Wenming de repente se oscurecieron. "Si te escucho hablar sobre el encarcelamiento de Qianyun nuevamente, ¡me aseguraré de que nunca vuelvas a hablar!".

Yan Qiongying se estremeció mientras el miedo llenaba su corazón.

Ella quería decir que el hombre estaba bromeando, pero sus ojos dejaron muy claro que no lo estaba. ¡Él estaba hablando en serio!

Ella había escuchado de Wu Huairen que algo le sucedió a la compañía del Señor Yu después del incidente en la sala privada. Varios negocios importantes habían caído. Aunque la familia Yu no dijo qué había sucedido, Wu Huairen supuso que quizás Ye Wenming estaba saboteando a la familia Yu. De lo contrario, ¡no había forma de que las cosas pudieran ser tan coincidentes!

Después de que Ye Wenming se fue del área del buffet, Yan Qiongying todavía estaba de pie en el mismo lugar. Sus palmas y espalda estaban cubiertas de sudor frío.

'¿Por qué? ¿Por qué Ye Wenming no está interesado en mí? ¡Zhuo Qianyun no es rival para mí!'.

Yan Qiongying sintió una oleada de ira y celos. Entonces, ella pareció recordar algo. Rápidamente caminó hacia la esquina, sacó su teléfono celular de su bolso de mano y marcó un número de teléfono.

Bai Yiyi estaba inusualmente animada. Los padres de familias con niños pequeños llevaron a sus hijos donde estaba Bai Yiyi, queriendo desesperadamente dar a conocer sus rostros. Si Bai Yiyi hacía algo especial como sonreír o balbucear mientras tomaba las manos de sus hijos, estos adultos podrían decir que estaban destinados para estar juntos o algo por el estilo.

Sin embargo, Bai Yiyi, de un mes, solo dormía profundamente en su cuna. No importaba la multitud alrededor, ella no se despertó.

Qin Lianyi agarró a su esposo y murmuró: "¿Qué está pasando? ¿Por qué la fiesta de luna llena para Yiyi parece una fiesta de cita a ciegas?".

Los padres no solo llevaron a sus hijos a donde estaba Bai Yiyi sino también a donde Qin Lianyi. Las señoras ricas seguían elogiando a sus hijos frente a Qin Lianyi, y los oídos de Qin Lianyi dolían por toda esa charla sobre los elogios que habían recibido.