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Al mirar a Bai Yiyi, quien todavía estaba dormida en su cuna, la carita de Wu Mochen sonrió con satisfacción.
Los trillizos y el Pequeño Yan conocieron a Wu Mochen por primera vez. Yi Qianjin le preguntó a Wu Mochen con curiosidad: "¿Qué es un compromiso?". Después de todo, la palabra ‘compromiso’ era una palabra que nunca había escuchado antes.
Wu Mochen apretó los labios y los ignoró.
Zhuo Yan le respondió a Yi Qianjin: "Es una tradición en la que un hombre lleva regalos a la casa de la novia y expresa su voluntad de casarse con ella. Si la familia de la novia acepta los regalos, significa que están dispuestos a dejar que se case con su hija".
Zhuo Yan solo estaba en tercer grado, pero sabía muchas cosas porque le gustaba leer.
Yi Qianjin escuchó pero no comprendía. Entendía la idea del matrimonio. Significaba que dos personas se casaban, así como su papá y su mamá. Entonces, podrían tener bebés y estar juntos para siempre.
En ese momento, Bai Yiyi se despertó y comenzó a llorar. Obviamente estaba indicando que era hora de alimentarla.
Wu Mochen extendió la mano y sacó a Bai Yiyi de la cuna.
Por extraño que pareciera, la bebé paró de llorar y miró a Wu Mochen con sus ojos oscuros.
Wu Mochen sostuvo hábilmente a la bebé. Claramente no era su primera vez. Luego, tomó la leche de la niñera y alimentó al bebé.
Era algo raro ver a un niño de siete u ocho años alimentar a una bebé de un mes, especialmente cuando parecía familiarizado con lo que estaba haciendo. Era como si él la hubiera alimentado de esa manera muchas veces, y la alimentaba... ¡tan abiertamente y con tanta naturalidad!
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