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Resultaba que cuando uno amaba demasiado a alguien, ¡sería el único que sufría!
‘Necesito dejar de pensar en eso. ¡Guardaré todo mi amor por ella de ahora en adelante, la dejaré en paz y la dejaré vivir su vida como quiera!’.
Ye Wenming cerró lentamente los ojos y vació su mente.
El Secretario Wang mostró una sonrisa peculiar. "Nunca pensé que alguien querría cambiar sus recuerdos. Algunas personas quieren recordar una relación para siempre, pero algunas hacen todo lo posible por olvidarla. Viejo Amo, ¿por qué crees que este hombre es tan persistente con sentimientos tan inútiles?".
El aire estaba en silencio, y nadie le respondió.
...
Ling Yiran iba a la tienda para acompañar a Zhuo Qianyun cada vez que estaba libre recientemente.
"Por cierto, ¿te volvió a molestar ese tipo Wu?", preguntó Ling Yiran.
Zhuo Qianyun dijo: "Él nunca regresó. Yiran, no tienes que acompañarme todo el tiempo. Estoy bien. Estás faltando al trabajo para venir aquí todo el tiempo".
"Está bien. No me estoy perdiendo mucho. Alguien en la firma se encargará de eso", dijo Ling Yiran. Después de dudar por un momento, de repente dijo: "Hermana Zhuo, Ye Wenming se ha ido de la Ciudad de Shen".
La mano de Zhuo Qianyun tembló ligeramente. La tetera que sostenía para servir té a Ling Yiran tembló y el contenido se derramó, salpicando el dorso de la mano de Zhuo Qianyun.
Ling Yiran se sorprendió. Rápidamente tomó la tetera de las manos de Zhuo Qianyun y la bajó. Luego, miró nerviosamente la mano de Zhuo Qianyun que estaba quemada hasta quedar rija por el agua caliente. "Hermana Zhuo, te quemaste la mano. ¡Rápido, enjuágala con agua fría!".
Sin embargo, Zhuo Qianyun se quedó inmóvil.
Ling Yiran inmediatamente agarró la muñeca de Zhuo Qianyun, arrastró a Zhuo Qianyun al lavamanos y abrió el grifo.
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