Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2318

Ella dijo rápidamente: "No. El bebé solo está pateando". El bebé había pateado débil y vagamente antes.

Sin embargo, ella claramente pudo sentirlo esta vez.

"¿El bebé te pateó?". Ye Wenming estaba atónito, sin esperarse esto.

Al ver su expresión algo inesperada, Zhuo Qianyun tomó la mano de Ye Wenming y la puso sobre su vientre sin pensarlo mucho. "Siente, el bebé todavía se está moviendo".

Él se puso rígido por un momento, y sintió el movimiento en su mano mientras la presionaba contra el vientre de ella.

El bebé... de hecho estaba pateando.

Una sensación nueva y extraña se extendió lentamente a lo largo de su palma antes de extenderse por todo su cuerpo.

'Ella está embarazada de... ¡mi bebé! ¡Este es mi bebé!'.

Imágenes pasaron por su mente e hicieron que sus ojos se oscurecieran.

El bebé dejó de patear y Zhuo Qianyun volvió en sí.

'¿Qué estoy haciendo? ¡Tomé su mano y dejé que tocara mi vientre! Lo que es aún más incómodo es que... el bebé dejó de patalear, pero su mano todavía está sobre mi vientre'.

Su rostro se enrojeció ligeramente y su vientre pareció arder más.

"¡Bueno, muchas gracias!". Ella dio un paso atrás de manera agitada, le quitó el termo de la mano y rápidamente la metió en su mochila. Estaba lista para irse.

Llegó el elevador. Entraron y fueron al estacionamiento subterráneo.

El conductor ya estaba esperando. Abrió respetuosamente la puerta del coche y los dejó entrar.

Ye Wenming le dio al conductor el nombre del hotel en el que se hospedaba Zhuo Qianyun.

Zhuo Qianyun se tensó un poco. Entonces, se sintió aliviada. Después de todo, Liang Fang fue quien reservó el hotel. Era natural que él supiera cuál era el hotel.

Cuando los dos llegaron a la habitación de hotel de Zhuo Qianyun, Ye Wenming miró alrededor de la habitación mientras Zhuo Qianyun decía: "¿Qué te gustaría beber? Hay mucho para beber en la nevera".

"No, gracias. Solo estoy aquí para aclararte algunas cosas y evitar que vengas a mi oficina todos los días. No me importan los chismes, pero será malo para la compañía si los rumores se salen de control", dijo él mientras se dirigía directamente a la ventana francesa y tiraba de las cortinas para mirar por la ventana.