Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2408

Ling Yiran dejó escapar un grito bajo y Yi Jinli la empujó instantáneamente hacia el elevador del hotel.

"¿Cuál es el número de tu habitación?", preguntó.

Ella le dijo el nivel del piso y el número de la habitación. Luego, su dedo presionó el botón del elevador.

Cuando las puertas del elevador se cerraron, ella miró a la persona que tenía delante mientras la presión del aire parecía disminuir.

"Jin, puedo explicarte si estás malinterpretando algo", dijo Ling Yiran. No esperaba que Gu Lichen siguiera su taxi.

Los ojos oscuros de flor de durazno de Yi Jinli la miraron mientras decía suavemente: "¿Qué malentendido?".

'¿Realmente no malinterpretó nada?'. Ella dudó después de mirar su expresión y sentir la baja presión del aire a su alrededor.

Cuando se abrieron las puertas del elevador, él tomó su mano y salieron rápidamente del elevador hacia la puerta de su habitación. "¿Cuál es la contraseña?".

Ella obedientemente le dio la contraseña. Al momento siguiente, la puerta se abrió y él la llevó dentro de la habitación.

"Si no hay malentendidos, ¿por qué estás…?". Sus labios fueron presionados contra los de ella antes de que terminara de hablar.

El beso era tan intenso que ella apenas podía reaccionar y solo pudo aceptarlo pasivamente.

Él presionó el cuerpo de ella contra la pared mientras sus brazos se apoyaban contra la pared, atrapándola en sus brazos.

Todo lo que ella podía oler era su olor.

Ella levantó la mano y la presionó suavemente contra su mejilla. Su cálida mano se frotó sentimentalmente contra su mejilla.

"Jin, ya que sabes que no tendré nada que ver con Gu Lichen, ¿por qué te sentirías inquieto? ¿Qué puedo hacer para que te sientas tranquilo?", ella preguntó. Ella haría cualquier cosa para tranquilizarlo.

"Tal vez tengo miedo de que algún día simpatices con él y le tengas lástima. O tal vez porque estuvimos separados durante cinco años, después de todo. Aunque has vuelto conmigo, todavía me cuesta creerlo a veces. Tengo miedo de que algún día me dejes”, susurró él.

Ling Yiran sabía que su inquietud provenía de su infancia. El trauma estaba grabado en sus huesos y sangre. Además, ella había regresado a su lado por solo más de un año.

Tal vez a él le tomaría tiempo sentirse tranquilo.

Tal vez solo podría tranquilizarlo después de cinco años... diez años... o incluso 20 años.