Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 241

La cara de Ling Luoyin de repente se puso rígida, pero no era el momento para que ella lanzara un ataque. Solo podía sonreír, sacar su bolso y preguntarle a Ling Yiran, "¿Cuánto es?"

"Son 106 dólares", respondió Ling Yiran directamente.

Ling Luoyin sacó 200 dólares y fingió ser generosa cuando dijo: "Hermana puede quedarse con el resto. Considéralo un regalo".

Ling Yiran se burló y tomó el dinero. "No es un regalo. Es que tengo la amabilidad de cobrarle sólo esta cantidad. De lo contrario, si fuera a demandarte por hacer daño intencionalmente, ¿cuánto crees que me deberías entonces?"

La cara de Ling Luoyin estaba muy roja, pero afortunadamente estaba cubierta con una máscara, por lo que nadie podía verla.

¡Casi se olvidó de que Ling Yiran solía ser abogada!

"¿Cómo puedo hacerte daño a propósito?" Dijo Ling Luoyin, sonriendo tímidamente. "Fue un descuido por mi parte ese día".

"¿Es realmente necesario que actúes así ante mí, Ling Luoyin?" Ling Yiran la miró con diversión. "Tú y yo sabemos exactamente qué tipo de persona eres, y no hay nadie más por aquí. Simplemente te hace ver como un payaso al llamarme 'hermana' y decir que fuiste descuidada".

Ling Luoyin casi se atragantó y su rostro se oscureció. "Bueno, entonces cuéntame sobre tu relación con Lichen."

"Supongo que para eso estás aquí hoy". Ling Yiran la miró fríamente y dijo, "¿Es necesario decirte cuál es mi relación con él?"

"¿Crees que me importa tu dinero?" Ling Yiran de repente se echó a reír. "Además, ¿por cuánto tiempo crees que puedes ser la novia de Gu Lichen?"

Un hombre como Gu Lichen no era en absoluto alguien que Ling Luoyin pudiera manejar. ¿Cómo podría Gu Lichen no conocer la trama de Ling Luoyin?

Además, había visto cuán frío podía ser Gu Lichen con sus ex novias.

Decían que Gu Lichen mimaría a todas las mujeres hasta los cielos cuando saliera con ellas. Sin embargo, cuando vio a Gu Lichen tratando a su ex novia así, se dio cuenta de que tal vez el hombre nunca se había enamorado de nadie.

Solo mimaba a esas mujeres hasta los cielos porque las cosas que querían no le importaban—dinero, ropa de diseñador, joyas, casas, autos, todo tipo de recursos... Para él, eran solo cosas simples.