Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2474

Algunos incluso especularon que ella podría volver a juntarse con Su Zhehan.

Internauta 1: [Gong Nanting está muerto y a Xia Xi no le queda nada. ¿A quién recurrirá sino a Su Zhehan?].

Otras personas dejaron comentarios debajo de ese comentario.

Internauta 2: [Xia Xi solía verse bien, pero ahora... Se le puede considerar lisiada, ¿no es así? Incluso le falta un dedo. Su Zhehan puede tener a cualquier mujer hermosa que quiera. ¿A él le gustará Xia Xi?].

Internauta 3: [Además, será divertido si Xia Xi se junta con Su Zhehan. La ex prometida está dispuesta a ser una rompe hogares mientras que la hija bastarda de una rompehogares se convierte en la esposa. ¡Qué giro!].

Internauta 4: [Xia Huan incluso le dio un hijo a Su Zhehan. ¡No hay forma de que Xia Xi pueda afectar el estatus de Xia Huan!].

A Xia Xi le parecieron ridículos los comentarios.

Ella nunca había pensado en volver con Su Zhehan nuevamente.

¿Cómo podían estas personas considerar que alguien que fue lastimada así regresaría con la persona que la abandonó cuando más lo necesitaba?

Ya que él la había abandonado una vez, seguramente podría haber una segunda y una tercera vez...

Ella ya no quería ser abandonada.

Su amor por Su Zhehan se había agotado hace mucho tiempo. Ahora solo le quedaba odio por él.

'¿Hay muchos reporteros afuera?'.

Cuando ella llegó a la entrada del hospital, descubrió que los reporteros no eran las únicas personas aquí. También había miembros de la familia Xia.

¡El hombre al que se suponía que debía llamar padre estaba diciendo cuánto la amaba y lo feliz que estaba de que su hija finalmente fuera una persona normal después de años de tratamiento! También dijo que quería llevarla a casa para cuidar bien de la salud de su hija. Le había angustiado cómo su hija a menudo se hacía daño a sí misma a lo largo de los años debido a su enfermedad mental. Ahora que su hija era normal, él creía que ella no volvería a hacerse daño.

Xia Xi apenas podía escuchar más.

El hombre no fue sincero con su madre en ese entonces. Incluso le había ordenado con indiferencia a sus sirvientes: "La Joven Señorita no está en su sano juicio. Átenla. ¡La llevaré al hospital para recibir tratamiento!".

Ella se había resistido mientras gritaba: "No estoy enferma. No estoy loca. ¡Soy normal!".