Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2600

Sin embargo, al momento siguiente, la voz de Ye Wenming volvió a sonar: "Tú también lárgate. Me gustaría cenar solo".

Ruan Manlo se quedó estupefacta. "Pero...".

"¿Pero?". Ye Wenming miró fríamente a Ruan Manlo, instantáneamente haciendo que ella se tragara el resto de sus palabras.

"Entendido. Me iré de inmediato". Miró hacia abajo y obedientemente salió de la habitación.

Por un momento, sintió como si él hubiera visto a través de ella, y el miedo llenó su interior.

'Lo debo estar pensando demasiado', se dijo Ruan Manlo a sí misma.

...

En los días siguientes, Ye Wenming no cenó con Zhuo Qianyun en la misma mesa, y el respeto de los sirvientes por ella disminuyó lentamente.

En particular, los sirvientes escucharon que Ye Wenming quería divorciarse de Zhuo Qianyun, pero que ella se negaba. Por lo tanto, ella vino a la mansión para que Ye Wenming cambiara de opinión. Todos la menospreciaron aún más.

Sin embargo, estas cosas no molestaron a Zhuo Qianyun. Ye Wenming era todo lo que le importaba.

Sin embargo, tuvo pocas oportunidades de ver a Ye Wenming.

Después de salir de la habitación, Zhuo Qianyun se dirigió al patio de la mansión. La mansión tenía un gran patio con muchas flores de osmanto. Era la estación del año en que el aire olía a osmanto.

Zhuo Qianyun recordó cómo le había dicho a Ye Wenming que esperaba que su casa algún día pudiera estar llena con el aroma del osmanto.

Fue porque habían visto una película juntos donde los protagonistas masculino y femenino se conocían debido al osmanto. Las flores de osmanto se mostraron a lo largo de la película, lo que también hizo que ella se enamorara del osmanto.

Él parecía menos indiferente pero más tranquilo con los ojos cerrados. Sus largas pestañas proyectaban una sombra sobre el fondo de sus ojos. El puente de su nariz alta y sus labios finos y sensuales hacían que se viera tan guapo como siempre. Sin embargo, sus ojos parecían algo demacrados. Su tez pálida y sus mejillas delgadas lo hacían parecer más enfermizo.

¡Él estaba enfermo por culpa de ella!

Con eso en mente, el corazón de Zhuo Qianyun se hundió cuando su mirada se dirigió a su pecho.

En este momento él solo tenía una camisa puesta.

Los pocos botones superiores de su camisa estaban desabrochados, por lo tanto el cuello de su camisa estaba abierto, revelando su hechizante pecho.

‘¿Cómo está su herida? ¿Está sanando como la mía? O... ¿no está bien la herida?’.

Después de todo, el doctor había dicho que la sanación de la herida dependía de cada individuo.