Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2650

En el coche, Zhong Keke miró amargamente a Gu Lichen y dijo:

—Perdón por involucrarte.

—No es nada para mí. Además, fui yo quien propuso que saliéramos —dijo Gu Lichen mientras miraba a Zhong Keke con el rabillo del ojo—. Pero ¿cómo puedes estar tan seguro de que soy alguien serio acerca de mis relaciones? Tal vez nuestra relación es solo un juego para mí.

Zhong Keke dijo:

—Si fuera solo un juego, no me habrías advertido que no te amara en primer lugar. Recuerdo que dijiste que el amor de una persona no es profundo si puede retirarlo fácilmente cuando nos conocimos por primera vez, así que pensé que debías haber amado profundamente a alguien antes.

Apretó los labios con mucha fuerza.

Zhong Keke dejó escapar un suspiro y dijo:

—Si me equivoqué, solo puedo culparme por juzgarte mal.

El semáforo se puso en rojo y el coche se detuvo frente al paso de cebra. Gu Lichen volvió la cabeza y miró a Zhong Keke. Sus delgados labios dijeron:

—¿De verdad crees que puedes ver a través de mí?

Zhong Keke levantó la vista y miró al hombre frente a ella. Su rostro anguloso y sus delicados rasgos faciales podrían atraer fácilmente la atención de las personas. Sin embargo, el aura que exudaba parecía distanciarse de los demás.

Ese leve distanciamiento solo desaparecería en presencia de la mujer llamada Ling Yiran.

Esos ojos de fénix parecían contener todo el esplendor del mundo y el mar en calma. Nadie sabía si era turbulencia o calma debajo de ellos.

Zhong Keke dijo honestamente:

—No puedo, pero al menos sé que no eres un fraude.

—No, gracias...

—No te adelantes. Tal vez encuentres algún problema que no puedas resolver en el futuro —dijo Gu Lichen mientras se daba la vuelta y miraba hacia delante nuevamente.

La luz roja se había vuelto verde, por lo que comenzó a conducir de nuevo.

—¿A dónde quieres ir después? —Gu Lichen preguntó nuevamente.

—A dónde ir... —Zhong Keke miró el paisaje a lo largo del camino y de repente dijo—: ¿Por qué no... vamos a un bar?

—¿Un bar? ¿Quieres beber? —preguntó.

—No, no, es mi nuevo libro. El protagonista es dueño de un bar, pero han pasado años desde que fui a un bar. No sé cómo se ven los bares ahora, así que quiero ver uno. Por supuesto, podemos ir a otro lugar si no quieres. Le pediré a Xinmian que me acompañe la próxima vez.