Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2658

Resumo de Capítulo 2658: Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante

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Zhong Keke pensó que no dormiría bien en toda la noche después del susto en el baño.

Sin embargo, se despertó a la mañana siguiente con una llamada de su asistente de estudio y se dio cuenta de que estuvo durmiendo como un tronco.

La asistente pensó que le pasó algo cuando no se presentó, pero resultó que se había quedado dormida.

Zhong Keke se levantó rápidamente de la cama para lavarse después de colgar.

Anoche, solo recordaba haber tomado la mano de Gu Lichen con fuerza cuando entró en la casa. Luego, Gu Lichen se ofreció a servirle un vaso de agua caliente. Más tarde, estaba recostada en el sofá y no pudo resistir las ganas de tomar una siesta. ...

—¿Me quedé dormido? Y... ¿Gu Lichen me llevó a la cama?

El rostro de Zhong Keke se enrojeció de inmediato al pensar en eso. “No hice ni dije nada extraño después de quedarme dormido, ¿verdad?”.

Sin embargo, recordó vagamente una voz suave que le dijo algo mientras dormía, entonces... durmió tan profundamente... tan, tan profundamente...

Zhong Keke se miró en el espejo frente al lavabo. En el espejo, sus mejillas estaban rojas y sus ojos parecían brillar con algo de anhelo ...

—Keke, ¿es difícil fingir que me amas? —Su voz pareció resonar en sus oídos de nuevo.

Su corazón parecía latir más rápidamente.

—¡Dios mío! ¡Deja de pensar en eso! —Zhong Keke negó con la cabeza. Ella y Gu Lichen solo estaban fingiendo salir. No había nada más.

Mientras Zhong Keke estaba clasificando los materiales, su teléfono sonó de repente. Zhong Keke presionó el botón de respuesta, y la voz ansiosa de su mejor amiga Zhou Xinmian salió del teléfono.

—Keke, ¿dónde estás ahora?

—El estudio—, respondió Zhong Keke.

—Está bien, apúrate y ponte un sombrero. Sal del estudio de la manera más discreta posible. Pide a tus asistentes que también se vayan a casa. En resumen, cierra el estudio y no dejes a nadie adentro —dijo Zhou Xinmian.

—¿Por qué? ¿Qué pasó? —preguntó Zhong Keke.

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