Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2685

Siguió pensando: “En ese caso, tiene sentido... por qué ese asistente ejecutivo llamado Qiao Yumei vendría al set de grabación y ayudaría a Keke.”

Sus dudas no paraban:

“Pero, ¿cómo entró Keke en una relación con Gu Lichen? ¡Estos dos son como personas de dos mundos diferentes! No hay amor en los ojos de Gu Lichen cuando miró a Keke. ¿Por qué saldría con Keke?”.

El viejo misterio se resolvió, pero se añadió uno nuevo.

Yan Luochu continuó revisando la información que recibió. Cuanto más miraba, más fruncía el ceño.

¡Efectivamente, Gu Lichen no amaba a Keke de ninguna forma!

Después de dejar su teléfono, encendió el coche y aceleró hacia el Tercer Hospital.

Zhong Keke fue llevada a la sala de emergencias del Tercer Hospital y el médico la examinó. Desafortunadamente, solo fue un trauma en la piel. No hubo lesión ósea importante ni conmoción cerebral, pero aun así necesitaba permanecer en el hospital para observación durante un día.

El médico le recetó algún medicamento. Qiao Yumei le pidió a su subordinado que lo recogiera y ayudara a Zhong Keke a realizar los procedimientos de admisión.

Zhou Xinmian miró los moretones en la cara de su mejor amiga y se sintió desconsolada.

—¿Duele? —preguntó Zhou Xinmian. Entonces, sollozó—. Claro que duele. ¿Cómo podría no dolerme?

¡Había tantos moretones en su rostro, sin mencionar su cuerpo!

—¡Esos cabrones! ¿Cómo pudieron golpearte así frente a todos? Y ese director. ¿No pudo decir si era real o falso? ¡Lo hizo deliberadamente para complacer a Huo Yuejing y dejar que desahogara su ira! —Zhou Xinmian espetó de forma ácida.

Zhong Keke la consoló.

El presidente del Grupo Gu. Ella recordó que él era el príncipe heredero de la industria del entretenimiento. “Su apellido es Gu. Gu...”, pensó Zhou.

“Espera, Gu?”, pensando así, la cara de Gu Lichen apareció en la cabeza de Zhou Xinmian. “Sí, el novio de Keke también tiene el apellido Gu. ¿Podrían ellos dos...?”.

En ese momento, la puerta de la sala se abrió de repente y una figura entró corriendo.

—¡Keke! —Yan Luochu jadeó mientras miraba a Zhong Keke sentado en la cama del hospital.

Llevaba una bata de hospital. Los moretones parecían más evidentes en su rostro pálido. Incluso una de sus mejillas estaba hinchada.

—Lo siento, yo… —dijo con dificultad. Los moretones en su rostro parecían estar condenándolo en silencio.

—¿Qué estás haciendo aquí, Yan Luochu? ¿No crees que es repugnante derramar lágrimas de cocodrilo? —Zhou Xinmian la regañó mientras se lanzaba hacia adelante y detenía a Yan Luochu.