Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2787

—¿Alguien?

—No es apropiado que yo te ayude a cambiarte de ropa, así que he encontrado a una criada para que lo haga —dijo Gu Lichen.

Zhong Keke dio un suspiro de alivio y en secreto se rio de sí misma por pensar demasiado. “Por supuesto, Gu Lichen le pediría a la criada que me ayudara a cambiarme de ropa. Después de todo, es lo más razonable”.

—No dije ni hice nada inapropiado después de emborracharme ayer, ¿verdad? —preguntó tras dudar un poco.

Por alguna razón, pensó en el beso de anoche antes de apartar la mirada y decir:

—No, no hiciste nada inapropiado —Desde que eran pareja, era natural que se besaran.

—Vale, yo me iré primero. Puedes bajar a desayunar cuando estés lista —dijo Gu Lichen y salió de la habitación.

Zhong Keke era la única que quedaba en la enorme habitación. Zhong Keke empezó a mirar alrededor de la habitación desconocida. Sólo que esta habitación parecía tan grande como su pequeño apartamento.

Zhong Keke se sorprendió mientras se tambaleaba y cogía la ropa que Gu Lichen le había preparado. Después de echar un vistazo, se dio cuenta de que toda esa ropa era de marcas de lujo. Calculó que costarían entre 200.000 y 300.000 dólares.

Se sentía como si fueran mundos aparte.

Sin embargo... aunque estuvieran a mundos de distancia, ella seguía queriendo acercarse a él y hacer que esta relación funcionara.

No importaba lo que pasara al final, al menos hizo lo mejor que pudo y no se arrepentiría.

Zhong Keke se cambió de ropa después de lavarse y bañarse. Después de abrir la puerta, vio un largo pasillo. Había escaleras a ambos lados. Eligió la que estaba a su lado y bajó. Vio a un sirviente que se acercaba y le decía:

—Señorita Zhong, sígame, por favor.

Estuvo a punto de escupir las gachas en la boca. Resulta que se había dado cuenta.

—Me... siento un poco... avergonzada después de mirarte durante tanto tiempo —dijo incómoda mientras se sonrojaba aún más. No podía decirle que pensaba que eran como recién casados, ¿verdad?

—No tienes por qué avergonzarte. Ya que estamos saliendo, puedes mirarme todo el tiempo que quieras —dijo Gu Lichen.

Su tono era tan llano como si estuviera diciendo algo ordinario, pero le derritió el corazón. La vergüenza anterior también pareció desaparecer lentamente.

Aunque parecía frío y distante, siempre se sentía cálido.

Debe ser algo feliz ser amada por alguien como él.