Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 294

Ella tembló y lentamente levantó la cabeza, casi con rigidez, para mirar a la persona frente a ella. Sus húmedos ojos negros parecieron enfocarse lentamente.

"Jin, ¿puedes ayudarme a encontrar a Lianyi?". Ella pareció volver a sus sentidos en ese momento. Se apresuró a decir: "La policía acaba de presentar un caso. Dijeron que enviarán a alguien a buscarla, pero no saben cuándo la encontrarán. Si tan solo recordara el número de matrícula... ¿Por qué no le presté más atención?".

Había un tono de remordimiento en su voz.

Yi Jinli miró fijamente a Ling Yiran. Solo la había visto así de ansiosa cuando algo le sucedió a su abuela.

Su abuela era pariente suya, pero ¿Qin Lianyi? Ella era alguien que no estaba emparentada con ella, aún así estaba muy preocupada por ella.

Una ola de celos se elevó repentinamente en el corazón de él. Estaba celoso de que ella estuviera tan preocupada por Qin Lianyi. ¿Y qué hay de él? ¿Estaría ella tan preocupada por él si le hubiera pasado algo?

"Vamos a casa primero. Hace frío aquí", dijo él. "Mira qué frías están tus manos".

¿Hacía frío? Ella no sentía nada. Todo lo que podía pensar era cómo encontrar a Lianyi.

"Me... ¿Me ayudarás a encontrar a Lianyi?". preguntó ella, queriendo obtener una respuesta definitiva. Ella solo podía esperar a la policía, pero... si él estaba dispuesto a ayudar, podrían encontrar a Lianyi pronto.

Después de todo, él tenía muchas conexiones y recursos en la Ciudad de Shen.

"Regresemos y hablemos de ello. Incluso si voy a encontrarla por ti, tendré que regresar y escuchar todos los detalles antes de contactar a alguien para que la busque, ¿verdad?", dijo él.

"Sí", respondió ella sin siquiera vacilar. Sin embargo, su respuesta lo hizo sentir peor. Se sentía como agujas gruesas que seguían pinchándolo sin parar.

Incluso la palidez del rostro de ella le pareció fea.

"¿Qué pasa si no quiero ayudarte a encontrarla? ¿Qué vas a hacer?", le preguntó.

Los ojos de ella se abrieron bruscamente, y sus labios temblaron. Incluso su delgado cuerpo estaba temblando. Sus manos apretaron el celular con tanta fuerza que sus dedos casi parecían estar incrustados en él.

Él no podía soportar verla así.