Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 296

Yi Jinli no dijo nada más. Se enderezó, cerró la puerta del coche, se dirigió al asiento del conductor, y arrancó el coche.

Ling Yiran se sorprendió un poco al ver a Yi Jinli conducir. Normalmente, el conductor conducía el coche.

Sin embargo, como él estaba conduciendo, ella podía mirar su perfil lateral.

Ella tenía que admitir que, de lado, parecía ver más del contorno sólido y claro de sus rasgos; ese puente nasal recto y esos labios delgados y atractivos.

Actualmente, el cabello de él no estaba tan arreglado como de costumbre. Tenía algunos mechones de cabello en la frente. Se parecía más al Jin que ella había conocido antes.

Jin… La idea del nombre le dio una sensación complicada. Ella seguía llamándolo ‘Jin’ hace un momento.

¿Era porque inconscientemente pensó que solo Jin podría ayudarla pero no Yi Jinli?

Sin embargo, ya fuera Jin o Yi Jinli, ¡era él!

Ahora, él era la única persona a la que podía acudir en busca de ayuda. A pesar de que la policía estaba buscando a Lianyi, pero... ella todavía quería que más personas se unieran a la búsqueda.

Sería mejor si pudieran encontrar a Lianyi pronto.

Cuando el coche se detuvo en un semáforo, Yi Jinli volteó la cabeza para mirar a Ling Yiran y dijo: "¿Qué pasa? ¿Por qué sigues mirándome así?".

Ella estaba atónita, sin darse cuenta de que él se había dado cuenta de que ella lo estaba mirando. "No... Nada, solo me preguntaba ¿por qué eres tú quien conduce hoy?".

Ella tartamudeó, avergonzada de que la sorprendieran espiándolo.

"Sí, soy yo quien conduce hoy...", dijo él como si se divirtiera. Sus ojos se oscurecieron cuando la miró.

Temía que algo le hubiera pasado a Lianyi...

Incluso estaba pensando en algunos de los casos de estudio de secuestro que había visto cuando era estudiante de derecho. Cuando las secuestradas eran mujeres jóvenes, nueve de cada diez veces, no terminaría bien.

'No, Lianyi va a estar bien. ¡Ella estará bien!’

Ling Yiran seguía diciéndose a sí misma, sus ojos almendrados miraban a Yi Jinli con tanta intensidad que él sentía como si lo estuviera mirando una pequeña criatura lamentable.

La súplica y la expectativa en los ojos de ella eran especialmente claras.

Cuando la vio así, incluso sintió la necesidad de sostenerla entre sus brazos. Él quería desesperadamente borrar la súplica y la expectativa de sus ojos, ya que estaban allí solo por Qin Lianyi.