Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 338

Sin embargo, ahora la habitación estaba en silencio sin nadie haciendo un sonido. Ling Yiran notó que el Viejo Amo Yi la estaba mirando con mucho cuidado, pero había algo de desdén y disgusto en sus ojos.

Además de una enfermera, también estaba el hombre que la trajo aquí. Él había afirmado ser el secretario privado del Viejo Amo Yi.

"¿Sabes por qué te traje aquí?". Finalmente, después de un tiempo, la voz del Viejo Amo Yi rompió el silencio.

"Sí", respondió Ling Yiran. "Probablemente sea por Yi Jinli". Sería una mentira decir que ella no estaba nerviosa en su camino hacia aquí. Sin embargo, una vez que llegó aquí, de alguna manera se calmó después de mirar los ojos de disgusto del Viejo Amo Yi.

Ella había pasado por lo peor, así que, ¿qué tan malo podría ser ahora?

El Viejo Amo Yi resopló. "¡Tú lo sabrías!".

"¿Qué está tratando de decir?". Ling Yiran preguntó directamente. Quizás porque ella estaba muy cansada después de todo lo que había pasado, pero ella ya no quería andar con rodeos.

"Nunca pensé que él te dejaría vivir en la Residencia Yi. ¿Las mujeres como tú creen que pueden entrar en la Familia Yi así?", dijo fríamente el Viejo Amo Yi.

Ling Yiran ahora entendía más o menos el por qué el viejo quería asustarla hoy.

Ella bajó la cabeza y no hizo ningún ruido. El viejo probablemente no creería nada de lo que ella dijera.

El Viejo Amo Yi parecía estar un poco aburrido con el silencio de ella. Él se dirigió hacia su secretario quien estaba cerca y le preguntó: "¿Qué crees que mi nieto ve en esta mujer?".

"No lo sé, pero debe haber algo especial en ella", respondió el secretario.

El Viejo Amo Yi estaba un poco sorprendido por su reacción.

"¿No vas a escapar?", preguntó el hombre mientras se acercaba a Ling Yiran.

"No hay escapatoria", respondió ella con calma. Después de todo, el hombre podía servir al lado del Viejo Amo Yi y fue designado por el viejo para hacer tal cosa. Él debía ser hábil mientras que ella era como cualquier otra persona común. En otras palabras, ella no tenía habilidades.

Además, incluso si ella pudiera escapar de esa sala, ¿podría ella escapar de ese hospital?

Su sentido común le decía que aceptara su destino, pero ella no estaba dispuesta a hacerlo. ¿Por qué su destino estaba siempre a merced de los demás? Todos eran humanos, ¡pero ella ni siquiera podía resistirse cuando intentaban hacerle daño!