Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 361

Después de un largo tiempo, ella lo escuchó suspirar. Luego, él enderezó su espalda. Sus ojos hipnóticos la miraron impotentes. "Solo eres tú".

Solo ella. Ella era la única que él deseaba tener. Sólo ella. Ella era la única que podía dejarlo indefenso después de ser rechazado. Era como si cada vez se pareciera menos a sí mismo frente a ella.

“Ayúdame a secarme el cabello”, dijo. Luego, le entregó a ella la toalla.

Ella lo miró en estado de shock cuando él bajó la cabeza ante ella.

"¿Qué pasa? ¿No siempre me secabas el pelo cuando estábamos en la casa alquilada?” preguntó mientras levantaba una ceja.

¡Las cosas eran muy diferentes en ese entonces! Ling Yiran apretó los labios. Eventualmente, ella comenzó a secarle el cabello.

Como la toalla cubría su rostro, la relajó un poco más.

Él era como un cachorro obediente que le permitía a ella secarle el pelo. En este momento, Ling Yiran tuvo una sensación extraña. Era como si ella fuera su gobernante y él se inclinara ante ella.

No pudo controlar la risa en su corazón. Dios, ¿por qué tuvo este pensamiento? Ella podría ser una hormiga frente a Yi Jinli. Ella no podría defenderse si él decidía aplastarla.

¿Solo tenía esta ilusión porque él estaba siendo dócil y controlado?

Después de un largo tiempo, ella quitó la toalla después de sentir que estaba casi listo. "He terminado".

Ahora, su cabello estaba desordenado. Su flequillo cubría su frente y la mitad de sus ojos. Ling Yiran sintió como si estuviera viendo al Jin de aquel entonces.

Esos ojos negros se escondieron detrás de su flequillo y la estaban mirando intensamente. Era como si estuviera tratando de absorber el alma de todos sin ser detectado. Uno querría echar un vistazo a su verdadero rostro.

"¿Tomaste medicina china?" Ling Yiran preguntó inconscientemente y miró a Yi Jinli de manera extraña.

"Sí", respondió él brevemente.

"¿Estás enfermo?" ella preguntó.

"Es para cuidar mi estómago. ¿No dijiste que tengo que cuidarme hasta recuperar la salud, Hermana? Escuché lo que dijiste”, respondió con una sonrisa en su rostro. Parecía que estaba pidiendo elogios.

Ling Yiran no sabía qué hacer. ¿Debería darle palmaditas en la cabeza para alabarlo?

"Um... Eso es bueno", dijo después de reflexionar durante un largo rato.