Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 42

Leia Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante Capítulo 42

O romance Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante foi atualizado Capítulo 42 com muitos desenvolvimentos climáticos. O que torna esta série tão especial são os nomes dos personagens ^^ Se você é fã do autor Internet, vai adorar lê-lo! Tenho certeza de que não ficará desapontado ao ler Vamos ler o romance Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante Capítulo 42 agora AQUI.

Ler o romance Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante Capítulo 42

Capítulo 42 de Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante novel

Ella peinó suavemente su flequillo con un peine, y comenzó a recortar el cabello en su frente poco a poco. Ella estaba muy concentrada y toda su atención estaba puesta en la tarea en cuestión; ella ni siquiera se percató de los hermosamente negros, amorosos ojos que la miraban desde debajo del cabello.

Yi Jinli miró a la persona que tenía justo en frente. Su rostro se había puesto algo rojo por el frío. Y su par de ojos almendrados, su pequeña nariz, sus labios rosados y su delicado rostro, daban la impresión de que la gente no podía mirar hacia otro lado. Bajo la luz, parecía que su cuerpo emitía una calurosa aura.

“Listo.” Después de una cantidad desconocida de tiempo, de pronto su voz resonó en su oído.

“¿Ya?” preguntó él. Era como si el tiempo que pasaba con ella pasara extremadamente rápido.

“Mmm.” Ella sonrió, dio dos pasos atrás, y cuidadosamente lo miró por un momento. “Mi habilidad no es tan mala. De hecho, está bastante bien, y ahorramos 10 yuanes.”

Ella sonreía mientras hablaba. Entonces, tomó una toalla seca y sacudió los cabellos sueltos que estaban pegados a su cara, cuello y en su ropa.

“Listo, ve y date una ducha,” dijo Ling Yiran.

Yi Jinli tomó el cambio de ropa y entró en el estrecho cuarto de baño. El agua tibia corrió por su cuerpo. Bajó su cabeza y miró una cicatriz en su pecho.

Con el tiempo, esta cicatriz se había vuelto muy superficial. Sin embargo, cada vez que él la veía, recordaba a esa mujer.

La mujer que lo había abandonado a él y a su padre.

Tal vez esta herida era lo único que esa mujer le había dejado.

En aquel entonces, él se había arrodillado y le había rogado que no se fuera, y que no lo abandonara ni a él ni a su padre. Sin embargo, ella lo había empujado sin piedad y se había marchado sin mirar atrás.

Un cono de hierro le había atravesado un lado del pecho. Después de eso, el doctor había dicho que el cono se había acercado mucho a su corazón. Si se hubiera torcido un mínimo, él no hubiera podido salvarle la vida.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante