Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 476

Un destello de vergüenza enrojeció inmediatamente el rostro de Hua Lifang. ¡Lo que Yi Jinli le dijo fue como una bofetada en la cara!

La Tercera Tía estaba visiblemente molesta por esto. Se quejó con Ling Yiran: "Oye, Yiran. Lifang tiene buenas intenciones. ¿Por qué tu novio es tan arrogante? Es nuestro invitado. ¿Quiere que lo adoremos como si fuera nuestro amo?".

Ling Yiran simplemente dijo a la ligera: "Mi novio es bastante tímido. Mantiene su distancia de las personas que no conoce bien".

La Tercera Tía y Hua Lifang casi se atragantan con la saliva.

¡¿Tímido?!

El hombre no parecía tímido.

Sin embargo, cuando el hombre las miró perezosamente, no pudieron evitar sentir que sus corazones comenzaban a latir rápidamente. Era como si inconscientemente tuvieran miedo de su mirada.

La Tercera Tía frunció los labios y no dijo nada más. Por otro lado, Hua Lifang preguntó de manera descarada e insinuante cuándo se conocieron Ling Yiran y Yi Jinli, cómo se juntaron, cuál era la verdadera identidad de Yi Jinli, qué tipo de trabajo tenía, sus antecedentes familiares, y demás.

Todas esas preguntas fueron sin duda vagamente descartadas por Ling Yiran.

Como resultado, Hua Lifang se encontró haciendo preguntas que parecían no tener esencia. No obstante, con Yi Jinli allí, se atrevió a hacer un berrinche. Por lo tanto, forzó una sonrisa y preguntó: "Entonces, ¿de qué estás trabajando ahora?".

"Soy la repartidora de comida en un restaurante pequeño", respondió Ling Yiran con sinceridad, sin mostrar signos de inferioridad a pesar de su profesión.

Sin embargo, a los oídos de Hua Lifang, Ling Yiran sonaba como si estuviera en una situación desesperada considerando que solía ser una abogada que había sido admirada por la gente como una persona intelectual. Ling Yiran ahora trabajaba como repartidora de comida; no era muy diferente de su trabajo anterior como barrendera.

Tal vez Jin solo tenía una cara hermosa.

Justo en ese momento, la abuela de Ling Yiran se despertó. Por lo tanto, Ling Yiran corrió a la habitación de su abuela.

La Tercera Tía ayudó a la Abuela a sentarse en la cama. La abuela de Ling Yiran sonrió tan pronto como la vio. "Estás aquí. Ven, acércate. Déjame echarle un buen vistazo a mi pequeña Yiran”.

Los ojos de Ling Yiran se enrojecieron. Se acercó a la cama mientras miraba a la anciana frente a ella. Ling Yiran trató de decir algo, pero le dolía la nariz y no salió nada de su boca.

La Abuela levantó la mano y tocó la cabeza de Ling Yiran. "Parece que vas a llorar. ¿Qué pasa? ¿Alguien te intimidó?".