Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 60

“Fang Qianqian, no quiero que nadie sea hostil con mis colegas de esta manera. De hecho, Ling Yiran cumplió condena en la cárcel, pero eso no significa que debamos mirarla con otros ojos y no darle una oportunidad para vivir. Dado que sientes que no puedes trabajar con Ling Yiran, creo que deberías dejar tu trabajo ahora.

Ella... ¡ella era un miembro establecido del personal! ¡¿Estaba siendo despedida así?! Fang Qianqian no podía creerlo. Pero, ¡esta era la verdad!

“Qianqian, di algo”, instó la voz junto a ella.

Fang Qianqian miró a su alrededor. Cuando vio a Ling Yiran, de repente sintió una oleada de resentimiento. Dio un paso adelante y le dijo a Ling Yiran: “Eres tú. Todo es tu culpa. ¡Si no fuera por ti, el director no me habría despedido! ¡Deberías ser tú quien tenga que irse!”

Todos se sorprendieron. La persona que estaba siendo despedida era... ¡¿Fang Qianqian?!

“Qianqian, ¿estás bromeando?”

“¡Cómo es esto posible!”

Fang Qianqian miró a Ling Yiran con furia y una cara llena de resentimiento. Ella extendió su mano y quiso pelear.

Ling Yiran lo esquivó, pero Fang Qianqian parecía estar muy enojada. En ese momento, alguien se acercó y la detuvo. “Solo detente ya. El director quiere que te vayas. ¿Qué tiene eso que ver con Yiran? ¿Acaso puede Ling Yiran controlar la decisión del director?”

Ling Yiran levantó la cabeza y vio que era Guo Xinli.

Cuando las otras personas en la flota vieron esto, también avanzaron y detuvieron a Fang Qianqian.

La farsa simplemente terminó así.

“Gracias”, le dijo Ling Yiran a Guo Xinli.

“No fue nada. Si no fuera por mí, no habrías sido el blanco de Fang Qianqian en primer lugar”, dijo Guo Xinli de vergüenza.

Justo cuando Ling Yiran estaba a punto de darse la vuelta y marcharse, Guo Xinli dijo de repente: “¿Tu hermano menor es realmente tu hermano de sangre?”

“¿Qué te sucede hoy?” Hao Yimeng preguntó molesta. “Si vas a acompañarme a probarme el vestido mañana en este estado, ¡podría encontrar a alguien más que me acompañe!”

“¡Yimeng, de repente recordé que todavía tengo algo que hacer!”, dijo Xiao Ziqi. Se puso de pie repentinamente y salió corriendo de la habitación privada.

Hao Yimeng no pudo preguntar nada antes de que fuera demasiado tarde. Se quedó sola en la espaciosa sala privada con una gran mesa llena de platos frente a ella.

El rostro de Hao Yimeng se volvió sombrío. ¡Qué era tan urgente que necesitaba dejarla sola así! ¡Él estaba totalmente diferente de su ser atento habitual!

Xiao Ziqi condujo el auto y llamó a su secretaria. “¡Ve al Centro de Servicios de Saneamiento y verifica la dirección de la casa de Ling Yiran!”

La secretaria no tardó en enviar la dirección al móvil de Xiao Ziqi.

Xiao Ziqi estaba en camino hacia la residencia de Ling Yiran.