Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 633

Ling Yiran sorbió un bocado tras otro, permitiendo que la sensación de ligereza la envolviera.

Yi Jinli bebió con ella y le sirvió más cada vez que su copa se quedaba vacía.

"A veces, el destino me parece divertido, Jin", murmuró Ling Yiran, haciendo girar el vino en la copa.

"¿Qué quieres decir?", él preguntó.

"Ves, todas las pruebas en mi caso me apuntaban a mí en ese entonces, y no podía argumentar en contra. Durante esos tres años en prisión, me pasé todos los días pensando en cuál era la verdad del caso, en quién quería incriminarme, y cuántos problemas se necesitarían para conseguir que todos estos testigos y pruebas me apuntaran a mí...".

Ling Yiran se rio de sí misma mientras decía: "Incluso sospechaba de todos los que me rodeaban. Me preguntaba quién podría ser y quién me guardaría tanto rencor".

Sus palabras entraron en su oído una por una. Se sintieron como un mazo golpeando su corazón con tanta fuerza que sintió que su corazón latía de dolor.

Ella levantó un poco la barbilla hacia él y dijo con una sonrisa: "¿Sabes qué, Jin? Nunca pensé que... La persona que quería incriminarme no estaba en mi contra, ni estaba en contra de Hao Meiyu. ¡Él arruinó mi vida temiendo alguna posible y quizás incluso innecesaria responsabilidad!".

Los tres años de prisión fueron como una pesadilla prolongada. Fue la razón de sus heridas en todo el cuerpo, la razón por la que perdió su carrera y su futuro, ¡e incluso la razón por la que nunca podría tener hijos propios!

Sin embargo, todo esto fue solo porque alguien tenía miedo de involucrarse, ¡así que él la usó como chivo expiatorio!

¡Una razón tan simple pero ridícula resultaba ser la respuesta que le tomó casi cuatro años obtener!

Yi Jinli sentía más dolor en su corazón. Esta era la primera vez que se sentía tan arrepentido. Lamentaba haberle hecho la vista gorda. Lamentaba haberla dejado ir a prisión cuando él pudo haberle dicho la verdad.

No sabía que un día él se enamoraría de ella y todo el dolor que ella había sufrido se convertiría también en su dolor.

Cómo deseaba que el dolor estuviera en él, no en ella.